Nuevo impuesto a salmonicultores noruegos no tendría grandes implicancias
Noruega: El impuesto sería de aproximadamente US$ 0,03 por kg y podría ser introducido a partir del próximo año. Los ingresos se destinarían al Fondo de Acuicultura Noruego.
En junio de este año, el periódico Bergens Tidenede (BT) informó que el Partido de Izquierda Socialista de Noruega (SV, por sus siglas en noruego), logró obtener suficiente apoyo parlamentario para la introducción de un nuevo impuesto sobre salmonicultores noruegos, justificado en el uso de aguas públicas para el cultivo de salmones.
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Sobre la base de los precios de exportación de hoy y los volúmenes, el impuesto daría un ingreso anual de aproximadamente NOK 400 millones (US$ 47 millones). El impuesto probablemente será de øre 25 –alrededor de US$ 0,03– por kilogramo en el salmón exportado no procesado y será introducido probablemente a partir del año próximo.
Los ingresos de este impuesto se destinarían al Fondo de Acuicultura Noruego, que a su vez asigna dinero a los municipios que tienen centros de cultivo en el mar. Noruega cuenta con 426 municipios, y 171 de ellos albergan actividades salmonicultoras en agua de mar.
Desde DNB Bank explicaron que actualmente, el Parlamento ha pedido al Gobierno que presente una propuesta para tal impuesto en su Presupuesto de Estado para 2018, que se publicará este otoño (hemisferio norte).
“Como banco, normalmente no tenemos opiniones públicas sobre política. Pero como prestamistas y asesores de la industria de salmonicultora, podemos decir que no creemos que este nuevo impuesto tenga implicancias muy grandes. Una razón es que es bajo. Los márgenes típicos de EBIT en Noruega están actualmente por encima de NOK 20/kg, mientras que es probable que el margen a lo largo de un ciclo sea al menos NOK 10/kg. Por lo tanto, el impuesto representa el 2% del EBIT normal”, afirmó Anne Hvistendahl, directora mundial de Productos del Mar de DNB Bank.
Aristas
Hvistendahl añadió que, desde un punto de vista positivo, “el impuesto puede hacer que los municipios noruegos sean más positivos hacia la industria. Esto puede facilitar a los acuicultores el acceso a sitios donde puedan poner sus jaulas. En Noruega, la licencia es concedida por el gobierno nacional, pero el sitio físico es concedido por el municipio local. Un acuicultor obviamente necesita ambos. En general, los acuicultores se preocupan mucho por las comunidades locales en las que operan y dependen a menudo de buenos empleados e infraestructura”.
En una nota más negativa -detalló la especialista- la introducción del principio de tener impuestos especiales sobre la industria del salmón podría ser un riesgo. “El nivel probablemente será muy bajo como se mencionó, pero cuando se ha introducido un impuesto, por supuesto, siempre existe el riesgo de que se podría aumentar en algún momento en el futuro”, dijo.
“Anteriormente, algunas personas han argumentado que la industria salmonicultora debe pagar impuestos adicionales porque genera ganancias extra basadas en el uso de un recurso público, es decir, la línea costera noruega. Dicho impuesto sería negativo en nuestra opinión por dos razones. La primera es que estas actuales ganancias extra pueden no ser permanentes. Tan recientemente como en el 2012, la industria luchó para evitar pérdidas debido a los bajos precios del salmón. La otra razón es que la alta rentabilidad actual da un incentivo muy fuerte para la innovación, con el fin de aumentar el volumen de cultivo de salmón de una manera sustentable. Por lo tanto, impuestos demasiado elevados podrían eliminar este incentivo y dejar a Noruega con un sector salmonicultor más pequeño de lo que de otro modo podría haber tenido. Eso representaría oportunidades de creación de valor perdidas para las empresas. Pero también podría representar ingresos fiscales perdidos para el Gobierno, en la medida que un nivel de impuestos moderado en una gran industria puede traer más dinero en efectivo que un alto nivel de impuestos en una industria más pequeña”, concluyó Anne Hvistendahl.