Modelos matemáticos ante nuevas exigencias de evaluación ambiental en centros de salmón

Matías Quezada es jefe del departamento de oceanografía física y modelamiento numérico en la empresa SGS-Ecotecnos.

Chile: Los efectos sinérgicos y acumulativos son nuevos criterios para estudiar los proyectos en áreas protegidas, lo que supone un cambio profundo a la hora de elaborar las propuestas. Anticipar es la clave.

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En febrero, el Servicio de Evaluación Ambiental informó los nuevos criterios de análisis que buscan identificar la potencial generación de efectos sinérgicos e impactos acumulativos en la evaluación ambiental de proyectos de salmonicultura en mar localizados en un área protegida o cercanos a esas zonas.

Según el especialista Matías Quezada, jefe del departamento de oceanografía física y modelamiento numérico en la empresa SGS-Ecotecnos, se trata de un cambio profundo que implica para la industria dejar de evaluar cada proyecto como si fuera único en el sitio, para pasar a medir los efectos de sinergia con otros centros en la misma zona y que incluso pueden ser de otros productores. Además, implica anticipar los cambios que se van acumulando en el medio ambiente con el paso del tiempo.

Quezada, ingeniero civil oceánico de la Universidad de Valparaíso, expuso sobre este tema en un seminario en Punta Arenas que organizó la compañía SGS, donde explicó el aporte que puede significar el modelamiento matemático como herramienta para anticipar los impactos de un proyecto bajo los parámetros de sinergia y acumulación.

El profesional comentó a Salmonexpert que SGS-Ecotecnos ya usó esta herramienta para el análisis de un centro de cultivo enfocándose en el tema medio ambiental, pero que su potencial también permite anticipar análisis de rendimiento productivo y económico de cada proyecto.

Un modelo matemático es una representación, a través de ecuaciones, funciones o fórmulas matemáticas, de un fenómeno y permiten analizar la relación entre dos o más variables. Ayuda a entender fenómenos naturales, predecir el valor de las variables en el futuro y evaluar los efectos de una determinada actividad.

“Anticipar el riesgo permite, tanto al evaluador ambiental como al titular del proyecto, saber cómo va a funcionar en el tiempo, si será rentable, si el sitio es el mejor para la producción de salmones o si le conviene cambiarse de lugar; y por el lado del evaluador se cuenta ahora con muchas más herramientas de pronóstico”, explicó Quezada.

El modelo matemático tiene la ventaja de que se puede actualizar con información de forma constate, los que permite hacer pronósticos a escala diaria, semanal, mensual, de ciclo productivo e incluso a escala de vida útil de los proyectos.

“Los recientes cambios normativos ambientales exigen cada más a los productores estar preocupados de su afectación global, no sólo analizar cada matriz en forma independiente sino también incorporar todo en una evaluación genérica que le permita conocer cómo es el estado ambiental total de una zona de proyecto. Estas herramientas de modelación les permiten conocer, anticipar y tratar aquellas variables necesarias de mejorar para que la evaluación ambiental sea cada vez más sostenible”, sostuvo el especialista.