Los proyectos para la transformación energética de embarcaciones y pontones
Chile: Un exitoso programa de investigación sentó en la Universidad Austral la capacidad de respaldar a empresas armadoras con el diseño y la implementación de sistemas híbridos para la propulsión de naves.
Cerca de mil embarcaciones, la mayoría asociadas a la industria acuícola y al transporte de pasajeros en la zona sur austral del país, son potenciales objetos de transformación de sus sistemas de generación de energía para incorporar fuentes alternativas que complementen el consumo del diésel.
Un estudio que acaba de terminar en la Universidad Austral de Chile permite que ese plantel provea a los armadores con asesorías para el diseño e implementación de estos sistemas híbridos que contribuyen a reducir las emisiones de gases contaminantes por la combustión de combustible fósil y permiten un ahorro de los costos operacionales.
El proyecto "Desarrollo de una planta de propulsión híbrida escalable que propicie la electromovilidad marítima y el control y reducción de emisiones" fue dirigido por el académico del Instituto de Ciencias Navales y Marítimas, Joel Pérez Osses.
Gracias a esta iniciativa, la Universidad cuenta con un laboratorio de máquinas marinas que es una representación física del sistema de propulsión de una embarcación y que cuenta con tecnología de generación y consumo eléctrico que permiten representar sistemas de propulsión no convencionales.
El equipamiento permite llevar a la práctica los modelos que los especialistas desarrollen para favorecer la aplicación de energías no convencionales en la propulsión y usos auxiliares de las embarcaciones, después de hacer las correspondientes evaluaciones en las naves.
Según explica Joel Pérez, lo que desarrollaron es una metodología de evaluación para un diseño de electromovilidad, que es un proceso para ayudar al armador a definir paso a paso cómo electrificar o hibridar las embarcaciones para que sean más eficientes.
La iniciativa comenzó a llamar la atención de las empresas navieras que operan en la zona sur austral. Cuatro ya pidieron las cotizaciones del servicio para que la Universidad los apoye en la transición energética.
“Esas empresas están en la etapa de decisión de llevar a cabo el proceso, que no es fácil porque los barcos están trabajando y hacer cualquier modificación implica que dejen de operar un período, lo que representa un costo para ellas”, indicó Joel Pérez.
En esta etapa pueden trabajar con embarcaciones de menos de 100 toneladas de arqueo bruto y, en términos de potencia, de menos de un Megawatt, de las que estiman que hay unas 950 en la zona sur austral. Pero las proyecciones son avanzar en estudios en naves cada vez mayores.