La necesidad de una ley que aborde el problema de los escapes de salmónidos
Chile: "El proyecto de ley en discusión va en la línea correcta porque busca sancionar todo evento de escape, independiente de si se hayan cumplido con las condiciones de seguridad o no", afirman.
*Columna de opinión para Salmonexpert de Dr. Daniel Gómez Uchida, Director de Invasal; investigadores Dra. Maritza Sepúlveda, Dra. Beatriz Cid, Dr. Cristian Canales, Loreto Arias, Dr. David Tapia, Dr. Chris Harrod; Liesbeth van der Meer, Directora Ejecutiva de Oceana Chile.
Chile está a pasos de contar con una ley que busca implementar sanciones efectivas asociadas a los escapes de salmones y establecerá la obligación de transparencia en el uso de antibióticos y antiparasitarios, así como de mortalidades y producción de salmones por empresa.
Actualmente, el proyecto de ley está siendo revisado por una Comisión Mixta compuesta por miembros del Congreso de ambas cámaras, quienes decidirán cómo se sancionarán los escapes de salmones en esta ley. Frente a este escenario queremos enfatizar la necesidad de contar con regulaciones y sanciones que se basen en evidencia científica.
Todas las especies de salmónidos cultivadas en Chile son exóticas o exóticas invasoras; las segundas son un subconjunto y generan un mayor impacto en los ecosistemas que las primeras. La trucha arcoíris y el salmón coho se consideran especies exóticas invasoras, mientras que el salmón del Atlántico se considera a la fecha como especie exótica. Los escapes al medio ambiente de estas especies cultivadas representan riesgos de corto, mediano y largo plazo. Uno de los más serios es que el salmón del Atlántico se convierta en especie exótica invasora en el largo plazo si se liberan suficientes individuos al ambiente como resultado de escapes masivos.
Si esta especie llega a formar poblaciones autosustentables, los impactos en la fauna y en ecosistemas nativos de agua dulce y marinos serán mayores. Las cifras del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura indican que estos eventos son recurrentes, registrándose, en promedio, siete eventos de escapes de salmónidos al año entre 2011 y 2020, y un promedio de más de 400 mil salmones escapados anualmente. A mayor número y tamaño de los escapes, mayor posibilidad de invasión, por lo que las sanciones debieran ser proporcionales y reflejar este principio.
El proyecto de ley que se encuentra en discusión va en la línea correcta porque busca sancionar todo evento de escape, independiente de si se hayan cumplido con las condiciones de seguridad o no. El valor de la multa estará determinado por el número de peces que se escapen y no se recapturen, siendo de esta forma proporcional al daño que se provoque. Actualmente, las sanciones solo se aplican cuando se prueba el incumplimiento de la normativa mediante una acción u omisión, la generación de un daño, y la causalidad entre el incumplimiento y el daño generado, lo que es prácticamente imposible de determinar, y que ha tenido como consecuencia que rara vez se sancione a una empresa por este motivo. Un ejemplo, es la fuga de 690 mil salmones ocurrida en 2018 desde un centro de engorda de salmones de la empresa Marine Harvest (Mowi), sin que hasta ahora haya sido posible aplicar sanciones.
Diversos estudios han descrito cómo los salmónidos escapados impactan a la biodiversidad nativa de los fiordos de la Patagonia a través de la depredación, competencia y la transmisión de enfermedades. Es así que el análisis de la composición de la dieta de salmónidos de vida libre demuestra que es variada, incluyendo peces, insectos, crustáceos, moluscos e invertebrados bentónicos nativos. Por otro lado, mediante análisis de diagnóstico molecular se ha descrito la presencia de patógenos infecciosos comunes en salmónidos de cultivo en un gran número de peces nativos del sur de Chile.
Dentro de estos se encuentran la bacteria Piscirickettsia salmonis, causante de una de las mayores enfermedades que afecta al salmón del Atlántico, el parásito Caligus rogercresseyi, más conocido como el piojo del salmón, y el virus de la necrosis pancreática infecciosa (IPNV), uno de los patógenos más prevalentes en la salmonicultura a nivel mundial. La presencia y transmisión de estos patógenos infecciosos hacia el ambiente genera una incertidumbre en el impacto que tendrá para la biodiversidad nativa.
Junto a la sanción, consideramos necesario que la ley promueva dos tópicos importantes. En primer lugar, el desarrollo de sistemas de gobernanza que faciliten la recaptura efectiva de los salmónidos escapados, y que incluyan a los distintos actores que pudieran colaborar en la misma.
En el actual marco legal, los salmónidos son considerados como propiedad del titular de la concesión, aun cuando se hayan escapado, e incluso cuando se han asilvestrado, de forma que su captura y comercialización por parte de terceros, constituye una práctica ilegal. Por ello -incluso ante la posibilidad del daño que puedan hacer los salmones escapados-, los pescadores artesanales tienen importantes restricciones legales para participar en la recaptura, y dependen por ello de que se los convoque a la misma y se propongan precios de recompra. Pese a ello, la pesca artesanal ha mostrado una rápida capacidad de reacción y agilidad para la recaptura de peces, los que muchas veces han terminado en el mercado informal.
En este sentido, consideramos relevante que el marco legal promueva la articulación entre la industria y la pesca artesanal para la recaptura de ejemplares, para lo cual incluso involucraría problematizar la propiedad de los peces en medio libre. En segundo lugar, debe enfatizar la importancia de establecer un conocimiento acabado de la ecología de los ecosistemas que sustentan la acuicultura de salmónidos. La importancia de una ‘línea base’ ecológica de los componentes de este ecosistema es fundamental para entender los impactos de los escapes. Dicha línea base requiere establecer un programa de monitoreo permanente, de manera que sirva como referencia para evaluar las grandes perturbaciones generadas por escapes masivos.
Finalmente, además de los impactos ecológicos, los constantes eventos de escapes de salmónidos han afectado la reputación de la industria a nivel internacional, perjudicando la comercialización del salmón producido en Chile. Según afirmaciones del propio gremio salmonero publicadas en el Diario Financiero, el salmón producido en Noruega está mejor posicionado en el mercado internacional, logrando mejores precios, lo que se puede atribuir a un efecto relacionado con la imagen de las industrias que operan en el país.
Ante esto, toma relevancia contar con una normativa que sancione efectivamente los eventos que han contribuido a la mala imagen de la industria salmonera. Se espera que esta normativa genere mayores estándares de seguridad de manera de minimizar la posibilidad de escapes y sus respectivos impactos sobre los ecosistemas nativos.