Buscan desarrollar métodos no invasivos para recuperar fondos marinos
Chile: La industria salmonicultora se encuentra articulando iniciativas que buscan mantener un nivel de oxígeno adecuado en los fondos marinos de los centros de cultivo, con el objetivo de que sigan en buena condición o remediarlos.
Durante el pasado mes de julio, SalmonChile anunció en el Senado que iniciará pruebas pilotos de tecnologías que consideran la inyección de oxígeno a fondos marinos de centros de cultivo para la recuperación de éstos, trabajo que está siendo coordinado por Intesal. En relación a este tema, el gerente general de la entidad técnica, Esteban Ramírez, entregó a Salmonexpert mayores detalles.
El ejecutivo detalló que actualmente existen una serie de alternativas que podrían favorecer los procesos naturales de degradación de materia orgánica en los fondos marinos, “en aquellos lugares que puedan pasar a un estado de bajo oxígeno o anaeróbico, donde en particular la acuicultura está eventualmente expuesta a esta problemática”.
Ramírez agregó que “para el caso de Chile, esto hoy ocurre en una fracción minoritaria de los centros de acuicultura operativos. La idea es estudiar cómo ayudar a la naturaleza a acortar estos tiempos de recuperación y/o evitar que sean necesarios”.
¿En qué consisten estas tecnologías que consideran la inyección de oxígeno a fondos marinos?
Haciendo un símil de cómo en tierra la materia orgánica es reintegrada al ecosistema cuando se dan condiciones favorables, de la misma manera en el océano la naturaleza reintegra los residuos orgánicos. Estos procesos se pueden acelerar para mantener una condición ambiental óptima. Una manera de que ocurra en el mar es evitar que la degradación de orgánicos -que requiere oxígeno para los procesos bioquímicos- consuma el oxígeno disponible y cambie la condición del agua contigua al fondo, a una anaeróbica.
De aquí surgen una serie de iniciativas que buscan mantener un nivel de oxígeno adecuado en el medio cercano al fondo, para conservar la condición del fondo marino o, en algún caso eventual, remediarlo.
En este sentido, no se trata realmente de inyectar oxígeno al fondo, ya que no está permitido ni es recomendable intervenir los fondos directamente. De hecho, todo se basa en desarrollar métodos no invasivos.
Lo que se busca realmente es enriquecer el nivel de oxígeno en la columna de agua contigua al fondo marino, para acelerar los procesos naturales ya descritos. Lo que estamos haciendo es recopilar las alternativas que están disponibles, o en desarrollo, de muchos proveedores altamente innovadores que han tomado este desafío como una gran oportunidad.
¿Cómo operarían estas tecnologías?
Respecto de las tecnologías que hemos visto, éstas van desde mecanismos para llevar agua superficial (más rica en oxígeno) hacia el fondo, hasta llevar directamente oxígeno a éste, pasando por distintos procesos para lograr el objetivo: uso de aire, uso de reacciones químicas ingeniosas, sistemas de difusión de alta tecnología que logran distintos tamaños de burbuja, entre otros. Pero, además, hay otro espacio de desarrollo que también se está explorando, que consiste en potenciar directamente las bacterias que hacen la degradación utilizando biotecnología.
¿Dónde y cuándo se empezarían a aplicar estas pruebas pilotos?
Estamos operando por etapas, para preparar las posibles pruebas. La primera consiste en conocer las alternativas y reunir la información que las empresas productoras tienen al respecto. Subpesca ha autorizado algunos pilotos, por lo que ahora es el minuto de reunir y comparar esa información.
Para avanzar en ello, el 29 de agosto estamos organizando un encuentro cerrado entre los proveedores de las tecnologías y las empresas productoras, en el que pretendemos quedar al día con la última información disponible respecto de cada técnica.
¿Cuáles son los plazos estipulados para la ejecución de estas pruebas?
Estamos construyendo el proceso, pero internamente en Intesal esperamos llegar a poder contar con un proceso reconocible de validación y algunos sistemas validados en el plazo de dos años como máximo. Este es un tema complejo, que requiere además articular a instancias privadas, públicas y académicas, por lo que el plazo, si bien parece extenso, en realidad es muy ambicioso.