Las inquietantes proyecciones para la industria salmonicultora magallánica

Foto: Asociación de Salmonicultores de Magallanes.

Tras alcanzar 167.000 toneladas hace dos años, el sector, a causa de las restricciones, ahora espera producir no más allá de 115.000 toneladas durante 2024.

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Frente a las distintas restricciones aplicadas por la autoridad al sector, desde la Asociación de Salmonicultores de Magallanes se muestran preocupados. Su presidente, Carlos Odebret, dice que solamente en el primer trimestre de 2024 las cosechas fueron un 36% menores, si se compara con igual período del 2023 en la región austral.

“No obstante, en los próximos meses podrían estabilizarse las cosechas. Por ello, el resultado de las cosechas de este año estarán por debajo las 128 mil toneladas del año 2023”, precisa Odebret. Luego de que la producción de salmón en la Región de Magallanes alcanzara 167.000 toneladas en el 2022, 130.000 toneladas en el 2023, quedaría en 105.000-115.000 toneladas durante 2024.

Considerando los centros de cultivo de salmón operativos en la Región de Magallanes, si se ve el promedio, actualmente 39 se encuentran activos, que es un número muy similar al del año pasado, pero bastante por debajo de los 45 sitios de cultivo que en promedio se mantuvieron activos entre el 2020 – 2022.

Tomando en cuenta el empleo, de acuerdo con el representante de los salmonicultores en la Región de Magallanes, trabajaban cerca de 4.500 personas de manera directa.

Sin embargo, la baja de producción entre el último semestre del año pasado obligó a las plantas a cerrar temporalmente, y junto con el incendio de la unidad Entrevientos en Punta Arenas, lo anterior se tradujo en la pérdida de casi 1.500 puestos laborales de este tipo.

“Las empresas necesitan certezas y de esta forma, la señal política que se entrega para una actividad es clave para una inversión que se planifica buscando un retorno que ocurre en el largo plazo”, comenta el presidente del gremio.

En este sentido, acusa, “hay una gran incertidumbre sobre el futuro del sector en la región. Las señales políticas van en la dirección contraria al desarrollo de la actividad. Las solicitudes de concesión llevan más de una década de trámite debido a múltiples factores, como las ECMPO, Reservas, cambios en los criterios de evaluación ambiental y judicialización de los proyectos de inversión. Así, es bien difícil invertir y confiar”.

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