“Criar reproductores en mar y smolts en lagos es dispararse en los pies”
Chile: El empresario acuícola de La Araucanía, Germán Malig, afirmó a Salmonexpert que se deben mantener los planteles de peces confinados en tierra “aplicando biocontención y bioexclusión” que no son posibles de conservar fuera del agua dulce.
La región de la Araucanía es conocida como la “Maternidad de la Salmonicultura Nacional” pues, en el desarrollo genético, mantiene y cría las familias de reproductores en agua dulce para luego desovarlos y comenzar un nuevo ciclo desde ovas verde y ojo, alevines y smolts de las distintas variedades que Chile cultiva y exporta como producto final.
Hace algunas semanas, el Gobierno dio a conocer que ya está en trámite la normativa que permitirá una distancia mínima de 0,5 millas náuticas entre los reproductores de ovas en mar y centros de cultivo de salmón, con el fin de incentivar programas genéticos fuera del agua dulce. Lo que ha formado grupos a favor y en contra de la regulación que operaría desde el primer semestre de 2018.
Ante esto, el dueño de Empresas Nalcahue -que opera en La Araucanía con seis centros acuícolas-, Germán Malig, afirmó a Salmonexpert que se deben mantener los planteles confinados en agua dulce “pensando en resguardar en todo momento de la vida de estos reproductores ambientes bioseguros ambiental y sanitariamente, o sea, aplicando biocontención y bioexclusión, cosa que en el mar, a la distancia que sea de otros lugares de cultivo, es imposible de proteger”.
Argumentos
A su juicio, en el mar los peces están en jaulas, “que son bolsas de malla en donde el agua circundante y circulante es una sola y que se comparte en todos los aspectos, con lo que la renovación que se pueda dar se debe a las posibles corrientes y mareas. En cambio, si vivieran en estanque en donde sí se manejan los distintos vectores, el proceso sería menos riesgoso”.
Malig argumentó que cuando los reproductores operan en tierra, se pueden controlar aspectos como el agua que ingresa, pudiendo pasarla por sanitización, el agua donde se crían los peces con un recambio promedio en el estanque de una vez por hora, lo que los hace estar expuestos solamente a esa condición que además está medida con sensores que alertan situaciones de peligro, mientras que los sistemas abren válvulas para renovación inmediata, activan filtros y contingencias.
Además, comentó que “si tienes varios estanques distribuyes los reproductores según biomasa con un tope por unidad, entonces si ocurriese una contingencia mayor o un brote de enfermedad que genere mortalidad sólo acontecerá en el área específica y no se diseminará a la totalidad de los peces como sucede en un centro de mar, donde comparten el agua en cada momento”.
El dueño de Empresas Nalcahue aseguró que, a raíz de lo anterior, “no puedes efectuar cuarentena ante enfermedades y cuando haya un brote o contingencia en el mar será común para todo el plantel, no como en tierra que afectará nada más que a los peces de un estanque”.
Considerando los reproductores en tierra, el agua del proceso de cada estanque va a un resumidero que es tratado sanitaria y ambientalmente para volver al río, “pero en salida, es decir, no hay reutilización, contrario a lo que pasa en la operación en mar”. Según el empresario acuícola, esta situación se da igualmente con los centros dentro de lagos.
“Para nosotros, la crianza de reproductores en mar o smolts en lagos es dispararse en los pies, pues allí no hay barreras reales de biocontención y bioexclusión, esto es, control real del flujo y uso del agua de nuestros peces”, advirtió Malig.