Skretting: Materias primas no transgénicas para alimento de salmón son un nicho costoso
Noruega: Desde Skretting esperan que la tecnología PB (cultivo de precisión) crezca significativamente en los próximos años, ya que es importante para el desarrollo de la acuicultura noruega, principalmente.
El jueves finalizó el plazo para presentar respuestas a la consulta en relación con el Informe Oficial Noruego (NOU) 2023:18 "Tecnología genética en un futuro sostenible". La consulta ha recibido 258 respuestas y entre ellas se encuentra el productor y proveedor de piensos Skretting.
La empresa, con sede en Stavanger, tiene operaciones de producción en 18 países, además de contar con experiencia y conocimiento de materias primas transgénicas obtenidas de sus operaciones para varias especies diferentes, incluyendo alimento para salmón en Norteamérica y Chile.
Tres áreas
Skretting cree que se espera que se desarrollen a gran escala cepas de animales y plantas modificadas genéticamente y que, sin duda, habrá un mercado extenso.
“Las ventas de estos productos también estarán cubiertas por el acuerdo Espacio Económico Europeo (EEE), al igual que lo están actualmente las ventas de organismos modificados genéticamente (OGM) y sus productos. Independientemente de la coordinación de las regulaciones públicas con los requisitos de los productos y los procedimientos de aprobación/registro, una premisa importante para los cambios necesarios en la Ley de Tecnología Genética debe ser que las oportunidades de desarrollo y las condiciones de producción para la acuicultura noruega también estén aseguradas a la luz de los desafíos competitivos en un mercado global”, manifestó el director general de Skretting, Håvard Walde.
Skretting comentó que están experimentando particularmente en tres áreas donde las materias primas OGM y PB (cultivo de precisión) pueden contribuir a mejoras en comparación con las materias primas actuales, como nutrición y sostenibilidad, así como el acceso a materias primas escasas.
Crecimiento significativo
La empresa señaló que la mayoría de las materias primas transgénicas que hay actualmente en el mercado proceden de plantas que han sido modificadas para lograr resistencia a determinadas enfermedades o para que puedan tolerar mejor los pesticidas. En su opinión, esto es especialmente positivo para el rendimiento de la producción, ya que aumenta el rendimiento por m² cultivado.
“Si no se aumenta el uso de pesticidas, se reducirá la huella de producción. Los estudios muestran que, a nivel global general, siempre que las prácticas agrícolas sean buenas, las plantas transgénicas podrán ayudar a mejorar la producción. A nivel mundial, la producción de materias primas OGM ha llevado a una reducción en el uso de insecticidas, el uso de herbicidas más suaves (medido por EIQ - cociente de impacto ambiental) y una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) debido a una reducción en el consumo de combustible, gracias a menos jornadas de fumigación de los cultivos”, precisaron desde la compañía.
Skretting cree que las materias primas actuales de los OGM se basan actualmente en la "vieja" tecnología genética, en la que los genes se transfieren de un organismo a otro. Esperan que utilizando PB sea posible mejorar las materias primas de forma más rápida y económica que antes, sin tener que introducir genes de otros organismos.
“Esperamos que esta tecnología crezca significativamente en los próximos años, y que es importante para el desarrollo de la acuicultura noruega que el país facilite el PB como contribución al desarrollo medioambientalmente sostenible de los alimentos noruegos”, añadieron.
Nicho costoso
La empresa de alimentos indicó que los productos no transgénicos se han convertido en un nicho, son de alto costo y que Noruega debería ver esto como una amenaza.
“En algunas materias primas que son importantes para nosotros, especialmente la soja, la proporción de materias primas no transgénicas está disminuyendo. Actualmente, aproximadamente el 85% de toda la soja del mundo está genéticamente modificada. En Brasil, en un par de décadas, se pasó del 0% al 96% de soja modificada genéticamente. Por tanto, los productos no transgénicos se han convertido en un nicho de mercado. Este nicho es cada vez más exigente de mantener”, explicaron.
“Por lo tanto, en un futuro próximo podemos correr el riesgo de no poder obtener algunas de las materias primas actuales, porque no podemos garantizar que no sean transgénicas. Hoy en día, el concentrado de proteína de soja (SPC) transgénico de Brasil tiene un precio de aproximadamente 10% menos que los productos no transgénicos”, concluyó Skretting.