Invasal estudiará impactos de los salmones escapados desde centro Punta Redonda
Chile: A raiz del escape masivo de salmones ocurrido el pasado jueves 5 de julio desde el centro de la empresa Marine Harvest, el centro de investigación Núcleo Milenio de Salmónidos Invasores (Invasal), emitió un comunicado donde aclaran el estado actual del evento y las eventuales concecuencias que podría generar en el ecosistema.
Impactos ecosistémicos
La especie en cuestión, Salmo salar, ha sido reconocida como invasora en la costa oeste de Estados Unidos y Canadá. En Chile aún no existe evidencia de la existencia de poblaciones naturalizadas, como es el caso del salmón Chinook, trucha arcoíris y trucha café. Sin embargo mientras mayor es la magnitud de un evento de escape, mayor es la probabilidad de que un grupo de individuos alcance la cabecera de un río cercano, encuentre zonas apropiadas para formar nidos y se reproduzca. Este fenómeno se conoce como presión de propágulos y es uno de los factores que más contribuye a que una especie exótica se vuelva invasora. Eventos repetidos de escapes de salmón Atlántico podrían vencer la resistencia ambiental y tener como consecuencia el establecimiento de una nueva especie invasora en el país.
En Chile ya contamos con evidencias para saber cómo interactúan otras especies de salmones y truchas con nuestra biota acuática natural. Sabemos que invasores como el salmón Chinook Oncorhynchus tschawytscha, el salmón coho Oncorhynchus kisutch, la trucha arcoíris Oncorhynchus mykiss y la trucha fario Salmo trutta han establecido poblaciones reproductoras naturalizadas y que en ciertas zonas están interactúan negativamente con nuestros peces y macroinvertebrados nativos. Durante 1995 y 1996 investigadores encontraron que un 20% de 271 salmones escapados contenían peces nativos en sus estómagos, con un promedio de 25 pejerreyes y 40 motes por estómago de salmón. Es incorrecto por lo tanto asumir que esta especie de cultivo sólo consume alimento artificial cuando transicionan al ambiente de vida libre. Es esperable que éstos peces se desplacen y dispersen desde el centro de cultivo en búsqueda de alimento.
Seguimiento y monitoreo científico del escape de salmones
Después de garantizar la recuperación de la mayor cantidad de salmones, el siguiente paso es mantener un estricto monitoreo a través de campañas de muestreo periódicas en el área y los ríos aledaños. Tras un escape de 300 mil salmones Atlántico en el área de Puget Sound (USA) en Agosto del 2017, ejemplares escapados todavía fueron capturados en ríos apartados 108 y 64 kilómetros del centro de cultivo de acuerdo a lo reportado por The Seattle Times en Febrero y Abril del 2018 respectivamente.
Tenemos muchas más preguntas que respuestas en torno al impacto que la biomasa de salmones escapados generará sobre el medio ambiente, pero formular las preguntas correcta y oportunamente es esencial para hacerlas parte de la discusión social.
El programa de monitoreo que ya planifican los investigadores de Invasal incluye muestreo en ríos, estuarios y el Seno del Reloncaví, con ayuda de pescadores locales, para determinar el periodo de permanencia de los ejemplares escapados y conocer de qué se están alimentando. ¿Habrá competencia por alimento y hábitat con salmones de otras especies, transferencia de enfermedades y parásitos entre salmones escapados y naturalizados?
Es posible también que el escape de salmones se vea reflejado en la dieta del lobo marino común. En base a estudios llevados a cabo por nuestra investigadora Dra. Maritza Sepulveda sabemos que existen cambios temporales importantes en la dieta del lobo marino dependiente de la disponibilidad de salmón de cultivo en el ambiente. Desde el año 2008 al 2012 el porcentaje de salmón pasó de ser un 20% de la dieta del lobo marino a un 5% después de la gran mortandad producida por el virus ISA. ¿Observaremos en los próximos años un aumento significativo de salmones en la proporción de la dieta del lobo marino común? ¿Tendrán los antibióticos y antiparasitarios de los salmones un efecto evidenciable en los lobos marinos?
Para hacer frente a la situación, Marine Harvest está pagando $4 mil por cada salmón recuperado según lo reportado por Las Últimas Noticias el pasado sábado. Tres días después del incidente, de acuerdo a la dirección regional del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), se han recuperado alrededor de 1.500 ejemplares en centros de acopio dispuestos por la empresa. Adicionalmente, a través de contactos locales y tras visitar la zona de Puerto Montt, Calbuco y sus alrededores, hemos observado que un número no menor de personas están extrayendo y comercializando salmones informalmente. Desconocemos cómo pescadores artesanales, en plena temporada de extracción de róbalo y pejerreyes están interactuando con los recién llegados.
¿Cuál será el destino de los salmones escapados?
Es posible que una fracción de ellos, debido a inanición, mueran. Ha habido reportes no confirmados de salmones que habrían sido encontrados varados en la costa del continente, frente a la Avenida Las Toninas del sector Pelluco en Puerto Montt. Se desconoce el grado en que salmones de cultivo son capaces de cambiar su dieta desde pellets a peces pelágicos nativos, así como las especies de peces pelágicos sobre las que podrían depredar. Sardinas australes y pejerreyes están incorporados en la dieta del salmón coho que habita la misma área, especie de similar rango de talla que podría considerarse como referencia para predecir el comportamiento alimentario del salmón del Atlántico.
Una de las grandes preguntas que aún se mantiene sin respuesta oficial es ¿qué pasará con los salmones una vez recuperados por Marine Harvest?. El problema principal se suscita por la pérdida de la trazabilidad confiable del animal recapturado. A no ser que exista un medio de marcaje inequívoco que permita a la empresa demostrar el origen de cada animal, los salmones están descalificados para obtener su certificación de trazabilidad, requisito básico para ser destinados a consumo humano.
Por razones similares no se recomienda la extracción de salmones escapados por la ciudadanía, debido a que éstos no han pasado por los protocolos de seguridad, controles de concentración de fármacos (e.g. oxitetraciclina, florfenicol) y de sustancias prohibidas en los filetes de salmón, que garanticen la inocuidad del producto para el consumo humano. A través del proceso regular, salmones bajo administración de fármacos pasan por periodos de carencia que dan lugar a su degradación natural encontrando sólo concentraciones mínimas en el producto final, muy por debajo de los estándares internacionales, lo que permite comercializarlos al exterior.
El temporal no sólo dejó a su paso miles de toneladas de biomasa de salmones libres en las aguas del Seno del Reloncaví, sino también una serie de preguntas en torno a los estándares de exigencia de las agencias de gobierno frente a proyectos que intervienen, muchas veces necesariamente, el medio ambiente. Es claro que lo más urgente en el país no es reducir los tiempos de los procesos de evaluación ambiental, sino que fortalecer a los servicios gubernamentales para cumplir con estándares más altos de evaluación de estudios de impacto ambiental y velar porque todas sus medidas de prevención y mitigación sean puestas en práctica. En este sentido, coincidimos con las declaraciones del presidente de la comisión de pesca de la Cámara de Diputados Gabriel Ascencio en relación a la necesidad de una investigación acabada de las causas del escape.
Eventos repetidos de escapes de salmón Atlántico podría vencer la resistencia ambiental y tener como consecuencia el establecimiento de una nueva especie invasora en Chile, directamente ligada a la responsabilidad empresarial y a la alta permisividad de parte del Ministerio del Medio Ambiente y Sernapesca. Un medio ambiente que a diferencia de la producción animal perdida por Marine Harvest, no tiene seguros comprometidos.