Deep Trekker fortalece su posición en el mercado chileno
Chile: La compañía productora de Mini-ROVs comentó a Salmonexpert que el mercado salmonicultor chileno ha tomado un rol preponderante en sus ventas.
La firma canadiense funciona hace seis años. "Cuando comenzamos, pensamos que nuestros principales clientes serían cazadores de tesoros o policías, sin embargo nuestro primer cliente fue un productor de salmón noruego", comentó John Wintermeyer, Business Development Representative de Deep Trekker.
El ejecutivo asegura que las ventas han crecido rápidamente. Actualmente, han vendido miles de unidades en más de 80 países. Cientos de estas unidades están en Chile y como el negocio continúa creciendo, el país sigue siendo un foco para la empresa.
"Siempre decimos que los Mini-ROVs vendidos en Chile fueron nuestros soldados de batalla. Aún tenemos en funcionamiento unidades que han trabajado por más de 5.000 horas. Estamos muy cerca de los clientes para mejorar continuamente, especialmente porque ellos usan las máquinas todos los días".
La mayor parte de los equipos que la firma ha vendido en Chile, son utilizados por la industria salmonicultora. Wintermeyer explica que en Chile han tenido buenos socios y que su éxito ha tenido que ver con aportar a la minimización de riesgos para los buzos. "Los Mini-ROVs son una solución óptima para la inspección de redes, jaulas y fondo marino", especifica.
Desde TRI-Chile, socio estratégico de la compañía en Chile, informaron que sus operaciones se llevan a cabo en varios lugares de la Patagonia chilena, donde los ROV enfrentan diariamente condiciones climáticas y marinas extremas. "A pesar de estas duras condiciones, podemos ofrecer un servicio excelente y eficiente a nuestros clientes gracias a la tecnología de Deep Trekker que tenemos a nuestra disposición", dijeron.
Valor
El principal valor de los Mini-ROVs es ser un aparato que apoya en la observación (hasta 150-300 metros de profundidad). Otra de las aplicaciones que pueden tener estos aparatos es un brazo de agarre y un sistema que puede apoyar en el arreglo de redes, como solución temporal para prevenir escapes antes que llegue el buzo, por ejemplo. Además, los aparatos pueden tomar muestras desde el suelo marino.
"Normalmente, se necesitan al menos tres buzos: dos para sumergirse y un tercero para estar sobre el agua y velar que todo esté bien. Cada uno cobra una tarifa fija diaria. El costo de tener a tres personas es alto. Invirtiendo en un Mini-ROVs, en comparación con el costo de tener a un equipo de buzos trabajando, en tan solo una o dos semanas recuperas la inversión, así de rápido es el retorno de la inversión, y además es un sistema más seguro", detalló el ejecutivo de la empresa.
Generalmente, las compañías adquieren un ROV para cada sitio, independiente del número de jaulas que este posea. El sistema es portable y la batería tiene una autonomía de ocho horas.
"Seguiremos escuchando a nuestros clientes en este mercado que está creciendo rápidamente, ya que ellos son los expertos en acuicultura, nosotros, en tecnología", concluyó Wintermeyer.