Déficit hídrico preocupa a la industria salmonicultora
Chile: La escasa agua caída en la zona y un escenario de mucha incertidumbre en el pronóstico meteorológico, ha generado preocupación en los salmonicultores, ya que la sequía no sólo puede reducir la cantidad de agua que abastecen las pisciculturas, sino también su calidad.
Para nadie es un misterio la escasez de precipitaciones en la zona sur austral durante el año 2016, el cual ha sido considerado como uno de los años más secos, desde que se tienen registros instrumentales confiables (aproximadamente, desde el año 1960).
Según la meteoróloga y magister en Meteorología y Climatología de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), Claudia Villarroel, el déficit de agua caída en la zona se encuentra, actualmente, entre el 70 y 90%.
Anticiclón de bloqueo y Oscilación Antártica
Entre las causas más probables de la falta de precipitaciones en esta zona, se encontraría una mayor frecuencia y persistencia de anticiclones de bloqueo, que su ubican justo en la zona afectada. “Este anticiclón, por sus condiciones de estabilidad y aire descendente, ha impedido el paso de sistemas frontales, los cuales se desvían hacia la zona central, que tampoco han sido muy activos”, reveló la meteoróloga, añadiendo que otra probable razón ha sido un debilitamiento de los vientos del oeste, que normalmente soplan en esa zona, consiguiendo aún más estabilidad.
Pero, ¿por qué ha sido tan anómalo este año?, es una respuesta que seguramente se está estudiando, a juicio de la especialista de la DMC, una de las causas seria el evento de El Niño que acaba de terminar, ya que esta situación se presenta desde la primavera del 2015 y tiene un patrón muy similar a los eventos de El Niño. Sin embargo, “también hay otras variabilidades en el sistema climático que pueden influir como por ejemplo, la Oscilación Antártica, que en su fase positiva también es coherente con el patrón que estamos viviendo, y también pueden ser las dos señales juntas”, reveló Villarroel.
Actualmente, como consecuencia de la falta de precipitaciones se ha comenzado a observar la reducción de los niveles de agua en varios lagos y caudales de los principales ríos de la zona. Al analizar la información disponible sobre el agua caída en la zona sur, se observa que las precipitaciones están muy por debajo de lo normal. Por ejemplo, en Balmaceda el agua caída a la fecha es seis veces menor a la observada el año pasado y en Puerto Montt, se ha reducido a la mitad.
Efecto en los caudales
Los efectos que podría generar la falta de precipitaciones en la disponibilidad de agua para el cultivo de salmónidos, comienzan a hacerse patentes en esta industria. En general, existe bastante incertidumbre con lo que podría suceder si las condiciones ambientales no cambian.
La piscicultura de Catripulli, de Hendrix Genetics Aquaculture Chile. se abastece de una vertiente que nace en el mismo predio donde se emplaza la construcción y, si bien la temperatura del agua se ha mantenido constante (8 °C), han visto una disminución de su caudal. “El caudal de la vertiente normalmente alcanza su punto más bajo en el mes de mayo y se recupera en junio con las primeras lluvias. Sin embargo, en junio no ha llovido prácticamente nada, por lo que este punto más bajo se ha mantenido todo este mes”, comentó el gerente general de la compañía, Rodrigo Torrijo. “En los siete años que llevamos operando este centro, el 2016 ha sido el año más seco”, agregó.
En tanto, desde la empresa Australis Seafoods, que tiene pisciculturas en las regiones del Biobío y de La Araucanía, han observado la disminución en los caudales de agua, especialmente en los ríos de origen cordillerano. El gerente de Farming de Australis Seafoods, Cristian Sauterel aseguró que esta reducción en los caudales tiene directa relación con las menores precipitaciones y menor caída de nieve, que es habitual en esta época del año. “De acuerdo con la información disponible, en Temuco este año tenemos un déficit de agua caída cercano al 60% y en Concepción un -55%”, añadió.
Mientras que el subgerente de Agua Dulce de la empresa Blumar, Pedro Figueroa, dijo que es evidente la baja en los caudales, especialmente en los ríos ubicados en la Región de La Araucanía. “Creo que esto es algo a lo que debemos acostumbrarnos, ya que puede ser algo más frecuente en el tiempo”, expresó.
Efecto en la calidad de agua
Según comentaron desde Niva Chile, la sequía evidenciada en las regiones que sustentan la producción de smolts en Chile, no sólo puede reducir la cantidad de agua disponible por unidad de tiempo (caudal) en las fuentes de agua que abastecen las pisciculturas (afluentes), sino que también su calidad.
En este contexto, el gerente general de Niva Chile, Xavier Gutierrez, explicó que la falta de precipitaciones y de ingreso de agua fresca a las cuencas de los ríos, suele generar una concentración de la matriz agua, efecto estacional que se observa normalmente en épocas de verano y, que, en los últimos años, se ha agudizado y extendido hasta la temporada de otoño.
“El efecto de concentración estacional del agua suele manifestarse como un aumento en los niveles de pH e iones disueltos (conductividad/salinidad), en la capacidad tamponante (alcalinidad) y, en algunos casos, también en parámetros que tienen la capacidad de ejercer potenciales efectos tóxicos sobre el cultivo de peces, como lo es el Nitrógeno Amoniacal Total (NAT = N-NH3 + N-NH4+) y la presencia de metales pesados”, detalló el especialista.
Según Gutiérrez, la excreción pasiva de amoniaco (NH3) es un proceso eficiente para remover los desechos nitrogenados de la sangre, mientras no se presente un aumento de la concentración de amoniaco ambiental. No obstante, aclaró, cuando la biomasa (o carga) de peces que se mantiene en la piscicultura es alta, y se presenta de forma concomitante un efecto de concentración estacional del afluente, se da un efecto sinérgico y de riesgo, en donde es posible observar tres factores:
- Aumento del riesgo de intoxicación, a medida que aumenta proporcionalmente la biomasa.
- Disminución del caudal del afluente y de su capacidad para retirar los desechos de la excreción de los peces que se acumulan en el estanque.
- Aumento de pH y de alcalinidad del afluente, que finalmente reduce la disminución del pH del estanque, situación que favorece también una mayor concentración y acumulación de amoniaco no ionizado (potente tóxico para los peces).
Efecto en la producción
En este contexto, el ejecutivo de Niva Chile reveló que para el caso de pisciculturas de flujo abierto, cuando el efecto estacional visible de reducción del caudal disponible para la producción se presenta de forma conjunta con un efecto de concentración (aumento de pH/alcalinidad), y mayor presencia de NAT en el afluente, se genera una combinación sinérgica que plantea un gran desafío, como lo es la mantención de un nivel de nitrógeno amoniacal (N-NH3, principal producto de la excreción de los peces) dentro de los rangos seguros para el cultivo de peces a nivel de estanque, sin afectar su salud ni el bienestar.
Por lo tanto, la disminución de los caudales y la potencial pérdida de calidad de agua podrían afectar a los peces de distintas maneras, sin embargo, a la fecha, las empresas entrevistadas no han observado efectos asociados con la disminución de los caudales de sus afluentes.
“Este período de más baja disponibilidad de agua, ha coincidido con entregas de peces, por lo que hemos mantenido una biomasa relativamente baja. Sin embargo, esperamos que se retome un nivel más normal de precipitaciones para enfrentar un segundo semestre con mayores biomasas”, declaró Torrijo.
En tanto, en Australis Seafoods han llevado de buena manera su plan de producción, no se han registrado eventos de mortalidad asociados con este fenómeno y el tema sanitario está bajo control hasta el momento. “Solamente se ha visto aumentado el consumo de oxígeno que nos permite paliar de mejor manera la situación”, puntualizó Sauterel.
Similar es lo que ha experimentado la piscicultura de la empresa Blumar. “La operación de la piscicultura no ha tenido una merma importante en su caudal, lo que ha permitido operar de manera normal”, aclaró Figueroa, “pero debemos seguir aprendiendo de las fluctuaciones de calidad de agua, especialmente de parámetros como metales pesados, ya que estos peaks pueden ser más agudos en este escenario de sequía”, agregó.
Medidas de mitigación
En cuanto a las medidas de mitigación que han establecido las empresas, Torrijo dijo que están conscientes de que “el agua como recurso será cada vez más escaso y valioso, y estamos tomando algunas medidas operacionales como controlar y medir de forma más sistemática las tasas de recambio en cada uno de los estanques. Hemos aplicado acciones más de fondo, como incorporar tecnología de re-uso en las nuevas instalaciones del Centro de Mejoramiento Genético (que nos permite una tasa de re-uso de hasta 85% con muy bajo uso de energía) y mejorar las redes de distribución de oxígeno. No descartamos re-convertir parte de nuestras instalaciones más antiguas desde flujo abierto a re-uso”.
En tanto, en tres de las cuatro pisciculturas que tiene en operación la empresa Australis Seafoods, las principales medidas que se han tomado consideran abastecer las pisciculturas con más de una fuente de agua, disponer de oxígeno y modificar la densidad de cultivo, que es una variable que forma parte del plan estratégico de la compañía.
“Nosotros trabajamos con una piscicultura de recirculación, eso ya es una tremenda ayuda en un escenario como éste. Sin embargo, estamos realizando un monitoreo constante de la evolución del comportamiento de las fuentes de agua que surten nuestra piscicultura”, precisó Figueroa.
Finalmente, el representante de Niva Chile dijo que la presencia de periodos de sequía y sus efectos sobre la cantidad y calidad de las aguas que sustentan la producción de smolts en la industria nacional, tienen la capacidad de limitar la producción acuícola o generar impactos negativos sobre la salud y el bienestar de los salmónidos. En ambos casos, es de suma urgencia partir por implementar medidas de monitoreo y mitigación, al igual que comenzar a generar conocimiento de los efectos del cambio climático sobre las regiones que sustentan la salmonicultura nacional.
En tanto, la representante de la DMC anunció que las expectativas para el invierno en la zona sur no son muy buenas, ya que estamos en una fase neutra y el océano tropical está enfriándose, lo que propicia condiciones más secas y frías. Sin embargo, “para la zona austral, la situación debería ser inversa (teóricamente) y se espera que a inicios de primavera se restablezca la situación de lluvias”, reveló Villarroel.