“La diferencia de precio entre Noruega y Chile se debe a reputación”
La empresa de alimento para peces Biomar se encuentra implementando un programa de evaluación de distintos aspectos asociados con la sustentabilidad ambiental. De visita en nuestro país, el máximo representante de la compañía en este ámbito explicó por qué se debe incorporar también en Chile.
La firma de capitales daneses se encuentra promoviendo la implementación de su programa Biosustain, del cual destaca especialmente su gestor de eco eficiencia o eco efficiency manager, orientado a evaluar y modelar el desempeño de unidades productivas en términos de sustentabilidad.
En el marco de este objetivo, el gerente de Sustentabilidad del grupo Biomar, Vidar Gundersen, visitó a varios de sus clientes nacionales hace algunas semanas, para poner en marcha la idea de cómo trabajar juntos para desarrollar y mejorar el cometido de la industria salmonicultora, “y así ayudar a superar los desafíos que tiene Chile e impulsar aún más las cosas, garantizando un desarrollo sustentable de este sector”, precisó.
Según dijo, los productores se beneficiarían de la ejecución de políticas sustentables, así como de la certificación de esas prácticas, para luego elaborar un relato que las aúne, el que debe ser comunicado a un público que está cada vez más informado.
¿Por qué considera que es necesario evaluar la sustentabilidad, mejorar su estatus y certificar dichos logros?
Creemos que hacerlo es crucial, pues para muchos el salmón de Chile se está convirtiendo en un producto de menor calidad, especialmente en el caso de algunos minoristas, quienes no lo comprarán a causa de la mala reputación que se ha generado por el uso de fármacos, entre otros aspectos. Esto es algo que no queremos. Nos gustaría ayudar a nuestros clientes a tener éxito a través de la cadena de valor, porque vemos esto como la manera de empezar a ayudar a la industria del salmón en Chile.
La diferencia de precio entre el salmón de Noruega y Chile se debe a la reputación y no queremos eso. Preferiríamos que el salmón de cultivo fuese apreciado de la misma forma, independientemente de dónde provenga.
¿En qué consiste el trabajo que han hecho en esta materia?
Hemos desarrollado una herramienta junto con BASF -quienes empezaron con esto en la década de los noventa. A través de ella, podemos analizar la ecoeficiencia en la elaboración de alimentos para peces, sin embargo, no es sólo para el alimento. Podemos analizar y optimizar la sustentabilidad en toda la cadena de valor. Así es como queremos contribuir y ayudar, a través de una herramienta que realmente documenta lo que hacemos, para que así podamos ver un efecto. Se puede utilizar para realizar simulaciones, aunque también con producciones que ya han ocurrido y así compararlas después, por lo que sirve como una especie de registro también.
¿Y qué tareas es posible desarrollar con esta herramienta?
Puede comparar impactos ecológicos y económicos. Por ejemplo, costos de producción. En su lado medioambiental, es básicamente una valoración de ciclo de vida. Nos fijamos en las emisiones, huella de carbono, potencial de lluvia ácida y de agotamiento, emisiones al agua, residuos sólidos, potenciales de toxicidad, riesgos potenciales, huella del agua, consumo de energía, uso del suelo, agotamiento de recursos, etc.
Le proporcionamos a nuestros clientes resultados de dichos datos, evitándoles tener que calcularlos por sí mismos, ya que toman mucho tiempo. Hemos hecho un sistema que lo hace por ellos.
¿Cuál es el alcance de su implementación en otros países? Y ¿qué tal ha sido su recepción en Chile hasta el momento?
Hemos entregado este servicio a entre 30 y 40 centros de cultivo en Noruega, mientras que algunos de ellos ya están en un nuevo proceso de aprobación. No lo hemos aplicado aún en Canadá y acabamos de realizar simulaciones en Escocia. Además, lo hemos ejecutado en una piscicultura de recirculación en Dinamarca. Por lo tanto, está en constante crecimiento y estamos mejorando esta herramienta todo el tiempo. Nuestros clientes aquí en Chile consideran que esta solución es muy interesante y atractiva. El tema, es que necesitan ver el valor que entrega.
¿Cómo prevén que será su demanda por parte de los compradores de salmón?
Se ve una demanda por esto. Hay minoristas, cadenas de supermercados, etc. que quieren tener productos diferentes y, por lo tanto, establecen los requisitos para esos productos. Ellos quieren que sean de tal y cual manera. Este “tirón” del mercado trabaja en conjunto con nuestro “empuje”, porque hemos desarrollado esta solución y aquí tenemos al resto de la cadena de valor, por lo que sólo hay que comprenderlo, tomarlo y trabajar juntos. Por eso, esta colaboración en la cadena de valor es tan importante para toda la industria. Al añadir la trazabilidad y la transparencia, ya se empieza a construir confianza y reputación.
Sustentabilidad de los ingredientes
La harina y el aceite de pescado son probablemente la mayor limitación al crecimiento de la industria del salmón, junto con el espacio disponible (concesiones). ¿Qué opina acerca del futuro de estas dos materias primas? ¿Hay algún cambio esperable en el corto-medio plazo?
Mi opinión personal es que en los próximos diez años veremos muy grandes cambios en las materias primas en general. Por supuesto, la mayor limitación en términos de ingredientes son las fuentes de Omega 3. Actualmente, provienen del aceite de pescado y se trata
de nutrientes esenciales. Asimismo, su producción es muy variable y se requiere de un suministro más estable.
Hay nuevas innovaciones y tecnologías en camino que ayudarán a resolver estos temas. Hay trabajo en cultivos vegetales genéticamente modificados (GM), micro algas (GM y no GM), levaduras y bacterias, aunque creo que la solución provendrá de alguna de las dos primeras alternativas. Ya no somos tan dependientes de la harina de pescado. Hemos resuelto y descubierto la mayor parte de sus secretos. Qué la hace tan única y especial para el salmón. Por supuesto, es una materia prima fantástica. Es, probablemente, el mejor insumo proteico que exista, pero también implica limitaciones. Y esas las podemos resolver.
¿Qué hay acerca del krill?
Ese insumo también proviene de una pesquería. Tenemos que dar pequeños pasos en este ámbito. Es una biomasa muy grande, pero a la que han puesto una cuota muy pequeña, de la cual sólo una más pequeña fracción es capturada.
¿Cuál sería el ranking en términos de sustitución de ingredientes marinos? ¿Qué país salmonicultor sustituye más?
Los niveles de ingredientes marinos en el alimento de peces, en general, son más bajos en Noruega y un poco más altos en Escocia, Chile y Canadá. Éstas son decisiones de mercado. Tenemos diferentes mercados y distintos clientes que tienen productos de nicho que requieren más altos niveles de harina y aceite de pescado que otros.
¿Qué opina respecto de la inclusión de información relativa al contenido de Omega 3 en el envase del salmón?
Creo que la cantidad de Omega 3 debe ser incluida en la información nutricional de los productos de salmón. Esto se convertirá pronto en un requisito en muchos países.
Estamos muy cerca del límite en términos de sustitución. La razón es porque no hay más aceite de pescado disponible, mientras la industria salmonicultora sigue creciendo. Sin embargo, esto va a cambiar una vez que existan otras fuentes de Omega 3. Luego de ello, se podrán ver productos ofreciendo un mayor contenido de Omega 3. Lo doy garantizado. Ya en la actualidad algunos lo hacen, en la medida que cadenas específicas de supermercados tienen sus propios requisitos.
Por supuesto, cuando usted compra algo en una tienda desea saber cuál es su contenido. Sin embargo, el contenido ha ido disminuyendo. Al comprar un plátano, esperamos que contenga potasio o al adquirir leche, se da por hecho que contiene calcio. ¿Por qué debería ser diferente con el salmón, si los consumidores esperan tener altos niveles de Omega 3?
No podemos reducir más. Una cosa son los requisitos biológicos propios de salmón y, luego, viene el valor añadido para el consumidor. Sin embargo, en el futuro vamos a ver una cada vez mayor diferenciación entre ambos, productos con bajo contenido y productos de nicho con un contenido más alto.