Salmonicultores debaten por distancia mínima entre reproductores en mar y centros de cultivo
Chile: Desde aplaudir la medida del Gobierno hasta considerarla competencia desleal, van las opiniones de empresas consultadas por Salmonexpert sobre establecer una distancia mínima de 0,5 millas náuticas entre reproductores en mar y centros de cultivo.
Diferentes reacciones generan entre las empresas salmonicultoras consultadas por Salmonexpert los cambios que el Gobierno aplicará al Reglamento Sanitario (RESA) en materia de reproductores de ovas en mar, los cuales siguen su tramitación administrativa y deberían estar operando durante el primer semestre del próximo año.
El jefe de Acuicultura de Subpesca, Eugenio Zamorano, contó que existirán dos regímenes. El primero es el que conocen las empresas, que es una distancia de 7 millas náuticas entre reproductores en mar y centros de cultivo, en el cual las compañías no deben operar programas de mejoramiento genético, pero sí someterse a medidas de densidad y de descanso sanitario.
El segundo tiene que ver con reducir la distancia entre reproductores en mar y centros de cultivo a un mínimo de 0,5 millas náuticas, pero asociado a un plan de mejoramiento genético y con un máximo de 100 mil peces. En tanto, las empresas que opten por este modelo se exceptúan de las medidas de descanso sanitario.
Opiniones
Sin querer mostrarse a favor o en contra, Felipe Sandoval, presidente de SalmonChile, manifestó que este tema se presentó en la Comisión Nacional de Acuicultura hace algunos meses, “la cual citaron con muy poca anticipación como para que pudiéramos revisar lo referente a reproductores en mar. Porque hay una norma transitoria que permitía que operaran a una distancia menor a las 7 millas náuticas, que es lo que señala el régimen hasta ahora permanente”.
Por tanto, indicó el líder del gremio salmonicultor, “nosotros opinamos en ese momento que requeríamos más tiempo para dar una visión técnica del tema, así que acordamos realizar un estudio que nos indique el riesgo sanitario de lo que se aplicará, el que estaría listo antes que la medida salga de Contraloría y lo haremos llegar a las autoridades ya sea de este o el próximo Gobierno. Creemos que si lo que concluye el informe es razonable, se deberían implementar los cambios necesarios a esta norma de reproductores en mar”.
Por su parte, Pablo Cajtak, gerente general de Salmones Aysén, aplaudió el nuevo sistema para los reproductores en mar. “Nos parece razonable la medida que implementará la autoridad. Estamos de acuerdo con ella, pues tiene racionalidad tanto sanitaria, productiva (esto es, en cuanto a mayor eficiencia) y económica”, apuntó.
Oportunidades
También el gerente general de Aquagen, Patrick Dempster, aprobó la iniciativa, subrayando que la autoridad decide muy sabiamente dado que con esta nueva regulación “se abren oportunidades magníficas: se reducen riesgos al evitar la concentración de la genética en pocos sitios, se amplían las posibilidades tecnológicas, se aumentan significativamente las formas de hacer una selección más intensa y precisa y se permite el progreso eficiente en problemas sólo presentes en el mar”.
Encima de eso, agregó Dempster, “estas oportunidades se abren para todos los que quieran contribuir al mejoramiento genético, sin restricciones arbitrarias. Nuestros datos y resultados avalan con absoluta certeza de que con esta nueva regulación avanzamos inevitablemente hacia una industria salmonicultora más sustentable y competitiva a nivel global”.
Incerteza y competencia desleal
Mientras que Óscar Garay, gerente de Farming de Salmones Magallanes, reveló sus aprehensiones acerca de este tema, argumentando que el problema no es hacer reproductores en el mar; de hecho, es su ambiente natural y desde el punto de vista técnico se puede considerar que está bien. “El problema está en que el Estado, a través de las autoridades nos dijo, en su minuto, que no se podrían hacer más de estas operaciones y dio un plazo para cerrar los centros por lo que muchas empresas tomamos decisiones importantes en términos de inversiones, dada la legislación que se hizo”, dijo.
Con este importante cambio, advirtió el ejecutivo, “se provoca incerteza jurídica y competencia desleal de aquellas empresas que no acataron la medida inicial de la autoridad y que esperaron hasta el último instante para hacer presión, esto con el fin de que se abrieran nuevamente centros de reproductores en el mar. Por lo tanto, no hicieron ninguna inversión o alianza estratégica para disminuir los riesgos sanitarios”.
Garay señaló que, aunque sean pocos reproductores y asociados a un plan de desarrollo genético, la distancia mínima de media milla náutica es muy baja y hay un riesgo de que éstos puedan infectar al centro de cultivo cercano de alguna enfermedad o viceversa, dependiendo del lugar del emplazamiento y sus características oceanográficas, por supuesto. No hay una regla general.
“Yo estoy a favor de la medida de fondo, pero creo que la distancia debería ser mayor, por muy pequeño que sea el número de peces a mantener ahí. No entiendo por qué no puede ser la misma milla y media náutica que actualmente rige entre los centros de cultivo. Media milla náutica da para insertar entremedio muchos reproductores, incluso en áreas que ya están colapsadas o que tienen un riesgo epidemiológico mayor. Al menos debería existir algún otro criterio que limite esto mucho más”, expresó Garay.
Avance del sector
Con una mirada transversal, Gastón Cortez, gerente general de Salmones Austral, aseguró que esta es una medida positiva en términos generales, ya que quienes opten por el nuevo régimen, a su juicio, se jugarán la vida por contar con programas de mejoramiento genético de alta calidad. Nadie pensará en operar un reproductor de ovas en mar para provocar daños sanitarios, sino que debería ser lo contrario: aportar al avance del sector.
Sin embargo, admitió Cortez, una distancia mínima de 1,5 millas náuticas y no de 0,5 millas náuticas hubiera sido lo adecuado en este caso, como ocurre con los centros de cultivo. “Porque es obvio que las empresas de la industria nacional tienen distintos parámetros para medir los riesgos sanitarios y a más de alguna le preocupará bastante que un reproductor en mar esté tan cerca de su concesión salmonicultora”, alertó.
Con todo, el gerente general de Salmones Austral recalcó que “pienso que nadie llegará al límite mínimo de las 0,5 millas náuticas, pues no tiene sentido que un reproductor en mar se ubique de manera tan contigua a un centro de cultivo”.