Centro de cultivo. Foto: Daniella Balin, Salmonexpert.

¿Qué modificaciones se establecieron para la industria salmonicultora?

Chile: Subpesca dio a conocer los lineamientos de la nueva regulación que regirá al sector.

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La crisis del virus ISA fue el principal factor que impulsó el fortalecimiento de las normas que rigen a la industria salmonicultora en Chile, las que apuntaron principalmente a disminuir los riesgos sanitarios a los que se expone la actividad. Sin embargo, la regulación requería modificaciones, especialmente en lo referido a la densidad de cultivo por agrupación, que, según los involucrados, no obedecía a estándares sanitarios.

Desde la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) revelaron que, “a dos años de haberse empezado con la medida ya es posible constatar que los niveles de producción obedecen a decisiones empresariales de mercado que no siempre consideran el patrimonio sanitario”.

Acciones ejecutadas

Desde Subpesca, agregaron que entre las acciones ejecutadas mediante el Decreto Supremo N°186, se eliminaron los llamados “lomos de toro”, lo que disminuirá los costos de fiscalización y la burocracia innecesaria; se aumentó la distancia entre los centros para mejorar el desempeño sanitario y ambiental; y se trabajó en la medida de desdoble, que permite eliminar dentro de los seis meses de producción, o cuando los peces alcancen 1 kg de peso, los peces de peor calidad sanitaria sin considerarlos pérdida (hasta un 5%).

En tanto, mediante la resolución N°1353 emitida por Subpesca, ya se ejecutaron ajustes a la clasificación de bioseguridad, para evitar un crecimiento descontrolado de la producción y modificaciones a la normativa de densidad de cultivo. En este último punto, se estableció un ajuste a la tabla de pérdidas individuales en atención a la mejora en los actuales indicadores sanitarios; un ajuste de la densidad de cultivo de las agrupaciones; la incorporación de un nivel de densidad más baja (8 kg/m3); y un ajuste del incentivo individual (centro de cultivo) en el caso de las agrupaciones que tengan un buen desempeño sanitario y ambiental.

El ministro de Economía, Fomento y Turismo, Luis Felipe Céspedes, junto al subsecretario de Pesca y Acuicultura, Raúl Súnico, dieron a conocer detalles de los cambios regulatorios impulsados para la industria nacional del salmón. Foto: Subpesca.

Acciones en curso

Entre las acciones en curso, mediante el Decreto Supremo N°76 del 2016, y que actualmente están siendo revisadas en Contraloría, se determinó la necesidad de mantener la exigencia de desinfección de efluentes de pisciculturas para que mantienen reproductores.

Además, se propusieron ajustes en la normativa de densidad de cultivo, acción que está orientada a incorporar el Porcentaje de Reducción de Siembra (PSR) individual. Alternativa a la densidad, voluntaria y por empresa. Esto, según afirmaron desde Subpesca, implica rebajar las expectativas de producción en un porcentaje que señala la autoridad; garantiza el objetivo sanitario ya que se rebaja el número de peces por barrio y se concentra la producción en menos centros (mayores distancias); y otorga la opción de crecimiento de 3%, para el periodo productivo siguiente, solo si la totalidad de las concesiones que operaron tienen una pérdida menor o igual a 20%.

Próximas acciones

Desde la autoridad, expresaron que, durante el segundo semestre de este año, se tramitará el reglamento de certificación de estructuras, con el fin de minimizar las posibilidades de escapes de salmones desde las jaulas.

Para el primer semestre del 2017, se espera alinear el reglamento de monitoreo con variables ambientales y oceanográficas de los barrios, además de tramitar el reglamento de tratamiento y disposición final de desechos del resto de la cadena productiva. Ambas acciones pretenden licitar estudios para revisar los principales elementos con mayor detalle.

La autoridad también reveló que esperan realizar otras acciones, aunque aún no han determinado una fecha para trabajar en ellas. Entre éstas, destaca la revisión del modelo productivo y descanso sanitario de barrios; el aumento del período productivo de 21 o 24 meses a 45 meses, para evitar la concentración de cosechas en un mismo momento; la eliminación de “lomos de toro” en etapas distintas a la engorda; además de avanzar en el proceso de relocalizaciones.