Crimen organizado opera tras delitos de robo de salmón según estudio
Chile: Al observar los datos del robo de salmón por región, indica AthenaLab, se identifica al Biobío como la zona que concentra la mayor cantidad de robos, de toneladas sustraídas y de dinero implicado.
Un informe realizado por la investigadora Pilar Lizana indica que la débil fiscalización y la difícil trazabilidad de los productos facilitan el avance de las organizaciones criminales y que la economía ilegal en torno al pescado es el tercer mercado ilícito que impacta el desarrollo nacional.
El estudio analizó los casos específicos de la merluza y el salmón, y especialmente la situación que se vive en la zona sur de Chile, para caracterizar el fenómeno delictivo que involucra millones de dólares de ganancias ilegales.
“Patrones comunes en las empresas ilícitas del pescado, la madera y el cobre dejan en evidencia el avance de grupos delictuales con claras características de crimen organizado, generándose un impacto importante en los principales sectores productivos del país. Además, demuestran la necesidad urgente de fortalecer el Estado de Derecho y la acción fiscalizadora de las instituciones estatales, entre las medidas más urgentes”, indica su autora, la investigadora de AthenaLab, Pilar Lizana.
Sobre la industria salmonicultora señala que cosecha el 99,7% del recurso en las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes, donde sufren el robo de los pescados en gran parte de la cadena productiva, pero que la mayor cantidad de asaltos a camiones se produce en la Región del Biobío.
Citando una minuta del Consejo del Salmón, la investigadora explica que entre 2018 y octubre de 2022 se contabilizaron 1.663 toneladas robadas, lo que equivale a un total de US$ 8.957.792, de los cuales US$ 3.541.123 corresponden a robos en la Región del Biobío.
“Al observar los datos del robo de salmón por región, se identifica al Biobío como la zona que concentra la mayor cantidad de robos (33,3%), la mayor cantidad de toneladas sustraídas (56,3%) y la mayor cantidad de dinero (38,3%), seguida por la Región de La Araucanía”, señala el informe.
Cadena vulnerable
Pilar Lizana explica que el robo de salmones se produce en todos los eslabones de la cadena productiva, con excepción de la primera etapa en centros de cultivo en tierra.
Ya cuando los peces son llevados al mar comienzan a operar los delitos, en esta etapa con bandas que en lanchas y botes rompen las mallas y se llevan los pescados. El transporte después de la cosecha es otro eslabón vulnerable a robos. La investigadora destaca también el robo de mortalidad, peces destinados a plantas de desecho que son robados y ahumados para su venta, lo que lo transforma en un problema de salud pública.
La última etapa es el traslado del producto terminado en camiones que son interceptados por grupos armados que desvían el vehículo y se roban la carga. Y es en esta fase donde se ha visto un aumento en la frecuencia de los asaltos.
“El aumento de los delitos contra la industria salmonicultora los ha llevado a reforzar sus medidas de seguridad incorporando radares, cámaras, guardias y tecnología; sin embargo, más allá de todas las acciones que tomen los privados, es necesario potenciar los esfuerzos y el accionar del Estado en la fiscalización, persecución y sanción”, concluye la investigación.