La importancia de considerar variables geo-ambientales en instalaciones salmonicultoras
Se trata de un proyecto lanzado por la Graiph.ia y la empresa LGX que permitió el desarrollo de una plataforma para analizar variables críticas que afectan la estabilidad y seguridad de los centros.
Graiph.ia, startup enfocada en soluciones tecnológicas, se formó en 2006 como un interés por parte de un grupo de geólogos para desarrollar tecnologías que ayudaran en los procesos de trabajo de la geología, principalmente enfocados en la industria minera.
“Postulamos a Corfo y así desarrollamos una plataforma para el mapeo sondaje, que mediante imágenes proyectaba mejorar el proceso de trabajo, pero no eliminando al profesional, sino como una herramienta para acompañarlo en su trabajo”, comenta a Salmonexpert, Daniela González, líder del área de riesgos geológicos de Graiph.ia.
Con el pasar de los años, la compañía comenzó a abrir el espectro de sectores en los que podrían generar soluciones tecnológicas.
“Es así que fuimos invitados por la empresa LGX, parte del grupo AEX, a participar y observar cómo se realizaba el fondeo y anclaje de las jaulas de los centros de cultivo de salmón. Y nosotros nos dimos cuenta que el anclaje no era el adecuado y no cumplía con ciertos criterios importantes. Fue entonces que decidimos dirigir nuestra investigación a esa área, ya que no cumplir con estos criterios puede desencadenar en que las jaulas se suelten o se desplacen. Esto, por lo relevante que es observar el entorno donde están ubicados los centros de cultivo”, detalla Daniela
“La mayoría de los centros de cultivo están en zonas bastante complejas, en los fiordos, en lugares donde la meteorología es compleja, muy variable dependiendo de las condiciones. Y también observamos que se encontraban ubicados en zonas no aptas geológicamente, como quebradas activas, es decir, en lugares donde no hay nada, pero si existen lluvias muy intensas, esos lugares se activan llevando material y normalmente generan lo que se llama las remociones en masa. Igualmente observamos que en algunos centros de cultivo habían tenido ya problemas caídas de roca y había provocado, por ejemplo, el hundimiento de jaulas. En algunos casos pudieron rescatar las jaulas, pero en otros las jaulas se hundieron, generando un impacto ambiental y económico”, indica la profesional.
Daniela también hace mención a las instalaciones salmonicultoras ubicadas en las cercanías de volcanes. “Ya les ocurrió a algunas pisciculturas durante la erupción del volcán Chaitén y el volcán Calbuco también, con la caída de cenizas, rocas y el sedimento en el agua. En este sentido, la ubicación es importante, porque la mayoría está en zonas que no son muy aptas geológicamente, desde la mirada del geólogo. Quizás, desde otra mirada es un lugar apto, abierto, pero cuando uno empieza a observar un poco más el entorno, te das cuenta que están en lugares que podrían tener ciertas dificultades”.
Plataforma
Con toda esa información obtenida, Graiph.ia y LGX generaron una propuesta para la Agencia Nacional de Innovación y Desarrollo (ANID) para desarrollar Margeo, una plataforma digital Inteligente para la gestión de condiciones geo-ambientales. “Es un software mediante el cual se pudieran analizar variables geológicas, como la ubicación de los volcanes, la ubicación de las jaulas cerca de desembocaduras de ríos, que en caso también de aumento de lluvia, lleva más sedimentos, y la ubicación de quebradas activas”, señala Daniela.
“Y le quisimos sumar, obviamente, los factores climáticos y agregamos variables meteorológicas, como lluvias, viento y la isoterma cero. Esta última condiciona a que si cae mucha agua en sectores que están acostumbrados a recibir lluvia, estos sectores, la roca o el subsuelo, no son capaz de absorberla con rapidez. Por lo tanto, todo fluye hacia abajo, generando aluviones. Las variables oceanográficas también están incluidas, como las mareas”, indica la profesional.
Esta iniciativa utiliza inteligencia artificial. Tomando estas variables se le enseña al modelo cómo cambiarían las condiciones. “Por ejemplo, si estoy en una zona que tiene mucha pendiente y coincide que esa zona tiene poca cobertura vegetal, si le sumo la variable de lluvias intensas, lo más seguro es que en esa zona haya un escurrimiento de material hacia abajo. Por lo tanto, ahí debería generarse una alerta o un aumento del riesgo. Entonces, nosotros vamos desafiando el modelo con distintas variables, enseñándole con un vocabulario bien simple, qué pasaría si se mezclaran estas condiciones”, recalca Daniela.
Así, se fue probando el software, trabajando con imágenes satelitales y con datos meteorológicos que se van cambiando a ciertas horas. “La información geológica es bien estática. Por lo tanto, queda como base y no hay que actualizarla constantemente. Pero con las variables meteorológicas hay que tener un motor que traiga esa información, la lleve, la procese y entregue una respuesta”, aclara Daniela.
A juicio de la profesional, un centro de cultivo se investiga como un cuadrado de información biológica, pero sin entender que está inserto en un ecosistema. “Por ello, dentro de esta plataforma tenemos proyectado incluir, más adelante, variables biológicas para ver cómo se interrelacionan todas estas, pues claramente existe una interrelación porque es un sistema continuo, abierto, que requiere más investigación”.
Daniela enfatiza que con esta plataforma se apela a la gestión de riesgo, al utilizar la información antes de la instalación de un centro de cultivo o una piscicultura, pero también es útil para otros tipo de instalaciones. “Si bien nuestra herramienta está dirigida hacia la acuicultura, finalmente igual es una herramienta óptima para cualquier otra disciplina o cualquier instalación que sea en lugares cercanos a costa o en parajes cercanos a cordillera, etc.”.
Datos
Para Daniela, contar con datos es de suma importancia, porque en el supuesto de ocurrir un incidente, al contar con los datos se puede analizar qué pasó antes de que ocurriera el incidente, cómo estaban las variables, retrocediendo en el tiempo para identificar cómo ocurrieron los hechos, como una especie de “forense”.
“En el supuesto que haya un remoción en masa, yo puedo ver cuánta agua había caído en ese tiempo, cómo estaba el viento, cómo estaban las olas, y ver si existe algún patrón que me indique y me pueda alertar quizás. Lamentablemente los datos se pierden mucho”, acota la experta.
Según Daniela, el proyecto de la plataforma contemplaba empezar desde un nivel de tecnología 3, un TLR 3, y ahora terminarlo con un TLR 7, es decir, probado en un ambiente real. Hasta el momento, se ha logrado el objetivo de elaborar el programa óptimo, pero todavía falta probarlo.
“Nosotros estamos dialogando con distintas empresas, mostrándoles la tecnología, para poder probarlo, tener un feedback y ver cómo podemos mejorarlo, cómo podemos integrarlo”, puntualiza la líder del área de riesgos geológicos de Graiph.ia.
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