INFAs de la salmonicultura: "no existe correlación entre los resultados"

Mediante secuenciación masiva de ADN de muestras del fondo marino se podrá medir la biodiversidad bacteriana como indicador de salud.

Un proyecto busca desarrollar un innovador sistema de monitoreo ambiental de fondos marinos, incorporando parámetros biológicos y de biodiversidad, que complementarían a las actuales INFAs.

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Un proyecto Fondef IDeA I+D 2023 adjudicado a la Universidad Andrés Bello (UNAB) y en el que participan el IFOP, Cermaq, el laboratorio ambiental Linnaeus y Subpesca, busca desarrollar un nuevo sistema de monitoreo ambiental de fondos marinos, para dar mayor certeza y confiabilidad a la medición que entregan las INFAs.

Actualmente, los monitoreos ambientales consideran solo aspectos físico-químicos y registros visuales, pero no parámetros biológicos o de biodiversidad del fondo, que es donde busca aportar este proyecto.

Así, por ejemplo, en los centros que según la normativa estén en categoría 3 (fondo blando) donde es posible obtener muestras de sedimentos para su caracterización físico-química, “existen abundantes datos históricos de los indicadores allí evaluados (pH, matera orgánica, O2 disuelto, macrofauna bentónica, potencial redox, etc) con los que se ha construido "experiencia empírica acumulada" de la industria que -en una visión muy general- ha llevado a que se disminuya el número de INFAs negativas. Sin embargo, si miramos en detalle los datos veremos que no existe una real correlación entre la acumulación de materia orgánica, la disminución del O2 y otros parámetros como el pH o el potencial redox año a año. Más aún, no existe una correlación entre los resultados de la acumulación de materia orgánica en los centros de cultivo y el resultado positivo o negativo de las INFAs”, explica al respecto Derie Fuentes, director de Línea de Investigación del Centro de Biotecnología de Sistemas de la UNAB y director del proyecto.

La iniciativa se basará en la secuenciación masiva de ADN de muestras del fondo marino, también conocida como ADN ambiental o eDNA, para rastrear material genético de distintas especies de interés en forma más rápida y precisa que técnicas convencionales.

Comunidad bacteriana

El nuevo sistema correlacionará la descarga de materia orgánica (heces, alimentos, mortalidad), el nivel de oxígeno en el fondo marino y el cambio que experimentan las comunidades bacterianas, para proponer un indicador de salud del fondo marino en operaciones acuícolas de salmones.

Derie Fuentes, director de Línea de Investigación del Centro de Biotecnología de Sistemas de la UNAB y director del proyecto.

La tecnología evalúa tanto la identidad de cada una de las bacterias presentes a nivel de género e inclusive de especie, como de su abundancia relativa en la muestra, siendo un nuevo indicador microbiológico que no está incluido en la normativa vigente (INFA/CPS).

Según detalla Derie Fuentes, este indicador de biodiversidad y su correlación con los otros indicadores fisicoquímicos aportará dando mayor certeza y confiabilidad a la medición permitiendo planificar de manera adecuada la operación, aportando directamente a la sostenibilidad ambiental de la industria.

“Debido a que la tecnología de eDNA tiene la capacidad de identificar sobre el 99% de los géneros en cada muestra, es que podremos monitorear todas aquellas bacterias previamente asociadas con el establecimiento de condiciones anaeróbicas en centros de cultivo, como son Beggiatoa o Thioploca. Además en nuestro trabajo previo también hemos detectado que la presencia de Sulfovorum y otros géneros que metalizan azufre y compuestos nitrogenados pueden ser indicadores importantes del cambio en la estructura de la comunidad bacteriana a medida que se acumula materia orgánica en el fondo”, destaca el experto de la UNAB.

En concreto, la tecnología entregará información de todos géneros bacterianos relevantes tanto en una condición anaeróbica como en la condición aeróbica, permitiendo saber cómo se “ve” un fondo más saludable o menos saludable.

Además, en el futuro podría aportar datos relevantes en la determinación de la capacidad de carga de cada centro o zona apta para la acuicultura, aportando a los estudios de relocalización y obviamente de manera directa al monitoreo continuo del desempeño ambiental de cada centro, de acuerdo a lo expuesto por el encargado del proyecto.

Estado actual

El proyecto está en la etapa de toma de las primeras muestras en centros de cultivo específicos, recolección que durará 9 meses, donde luego se realizarán los análisis fisicoquímicos y de biodiversidad, para avanzar en la evaluación de las posibles correlaciones que se puedan obtener.

“Estos resultados y el avance del proyecto será constantemente evaluado por un comité técnico conformado por representantes de la industria, laboratorios, nuestro centro de investigación y de la autoridad (subpesca), de manera de asegurar que la herramienta cumpla con las condiciones mínimas para ser adoptada en el futuro como un complemento a los indicadores establecidos en la normativa actual. Esperamos que al término del proyecto (diciembre 2025) podamos contar con un piloto exitoso de la tecnología el que empujaremos para fortalecer a través de la colaboración continua de los asociados a este proyecto”, concluye Derie Fuentes.