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Gerardo Balbontín: un líder que trabaja para empoderar a sus equipos

Gerardo Balbontín.

Chile: Para el Ingeniero, que lleva 30 años en Blumar hasta ser hoy su gerente general, el principal desafío de la salmonicultura es reputacional, que la población conozca la importancia de la industria.

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Gerardo Balbontín es un reconocido ejecutivo acuícola y pesquero. Es Ingeniero Civil Mecánico de la Universidad de Santiago con un MBA en la Universidad Adolfo Ibáñez, que lo realizó ya trabajando en Blumar, donde hoy es gerente general.

Su carrera empezó en el mundo forestal, ahí tuvo su primer trabajo después de salir de la universidad y Blumar fue el segundo. En 1994 participó en un proceso para la gerencia comercial de Itata, que en ese entonces sólo estaba enfocada en la pesca con la que se producía harina y aceite de pescado.

Desde ahí comenzó a desarrollarse en esta industria, buscando oportunidades y navegando también por las crisis que ha enfrentado el sector. Creció profesionalmente con la compañía y en 2001 aceptó el desafío de asumir la gerencia general, lo que le ha permitido en el tiempo construir un equipo muy bueno de ejecutivos tanto en lo profesional como personal, los que hoy los mantienen como empresa en una posición de liderazgo.

“Han sido casi 30 años en esta empresa y en la industria pesquera y acuícola y siento que aún se puede seguir aprendiendo, ya que son actividades tremendamente desafiantes y dinámicas”, afirmó Balbontín en entrevista con Salmonexpert.

¿Cuáles son los hitos más importantes que lograste en Blumar en cuanto a salmonicultura?

La salmonicultura es una industria tan dinámica que se me hace difícil encontrar un solo hito. Pero, sin duda que el mayor desafío fue aventurarnos en el mundo de los salmones en 2006. Partimos de forma incipiente, aun me acuerdo haber ido con directores a presenciar la siembra del primer centro y hoy operamos en dos regiones y mantenemos en forma regular 16 a 18 centros de cultivo en operación. Desde que comenzamos en el cultivo de salmones hemos enfrentado desafíos permanentes ya que es una actividad apasionante, pero a la vez muy compleja y que enfrenta en forma permanente factores exógenos que son impredecibles y muchas veces incontrolables. En lo personal, creo que un hito fue nuestra llegada a Magallanes, porque significó una inversión muy importante en un lugar donde la actividad recién se estaba desarrollando y había muchas interrogantes por responder, fue un esfuerzo de talento para la compañía, que tras recién comenzar debió enfrentar la pandemia que significó grandes desafíos operacionales y además tuvo afrontar los efectos negativos en el mercado del salmón.

Este fue un proceso enriquecedor para Blumar, que nos enseñó mucho y que nos hizo querer más la marca y el espíritu de la empresa. Hoy Magallanes es una operación ya en marcha, con muy buenas condiciones naturales para el cultivo de salmón, pero aun con muchos temas logísticos que resolver. La región en única, y su gente es muy orgullosa del lugar, por eso hemos desarrollado desde el principio una política de estrecho relacionamiento con la comunidad, donde nos hemos preocupado de insertarnos no solo como una actividad productiva que genera puestos de trabajo, sino que tratar de ser un aporte a la sociedad.

¿Cuál es el equipo directo que tienes a cargo?

En Blumar somos un equipo de más de 2.000 personas distribuidas en las siete regiones donde estamos presentes, y como gerente general siento que de alguna manera todos ellos están a mi cargo, porque somos responsables de promover el bienestar de nuestros colaboradores y a la vez de sus familias. El modelo de liderazgo que he intentado desarrollar es construir equipos autónomos, pero capaces de responder a las necesidades corporativas, fomentando la colaboración, la integración, la comunicación y el trabajo en equipo, más allá de las áreas o departamentos a la que cada uno pertenece. Me gusta empoderar a la gente, darles confianza, apoyarlos en su gestión. No tengo un liderazgo de tipo jerárquico, me gusta meterme mucho en lo que hacen y apoyarlos en todo lo que pueda. Mi equipo más directo son las gerencias corporativas de administración y finanzas, personas, y las gerencias de negocios de farming y operaciones pesca, como así también las gerencias comerciales de ambos negocios. Todos son tremendos profesionales, que han logrado desarrollar una cultura organizacional muy enriquecedora.

A tu juicio, ¿qué elementos diferencian a Blumar de las otras empresas sectoriales?

Sin duda que lo que más nos distingue es nuestra cultura, los equipos y las personas. Da gusto cuando uno escucha comentarios de gente que quiere trabajar en la compañía. Es una empresa atractiva para trabajar y eso no es casualidad, es algo que hemos intencionado.

Otro aspecto es que particularmente en Blumar, nos pusimos como objetivo ser una empresa abierta, transparente y vinculada con los territorios. Hoy podemos decir muy orgullosos que hemos ido avanzando y estamos logrando las metas que nos hemos propuesto en nuestro camino de sostenibilidad, como son la reducción el uso de antibióticos, mejorando la gestión de residuos, utilización de energías limpias en nuestros procesos, nuestra producción de salmón es certificada bajo estándares ASC que es el más exigente en términos de sostenibilidad, hemos medido nuestra huella de carbono y trazado un plan para reducirla.

Blumar es una compañía con proyección al mundo. Eso nos ha llevado a expandirnos a mercados internacionales, como lo son Estados Unidos, China y España, donde contamos con oficinas regionales y marcas propias. Sentimos que una parte de Chile viaja en nuestros jureles, salmones y en todos los productos del mar que comercializamos a decenas de mercados y que llegan a las mesas de consumidores que buscan calidad y sostenibilidad. Y creo que el cariño que pone la gente en esos productos, que puede ser intangible para el consumidor, si nos distingue.

¿Qué tan complejo es liderar una compañía tan importante como Blumar?

El liderazgo es un camino de mucho autoconocimiento y responsabilidad. Como te decía, uno no se siente responsable sólo de su equipo directo, sino que de cada colaborador y sus familias. Eso es muy desafiante, pero también me hace estar enfocado en resolver, avanzar y poner el foco en el crecimiento sustentable de la compañía. Sin duda que las industrias en las que estamos, por su naturaleza, están llenas de desafíos y continuos cambios de circunstancias, las que muchas veces son positivas, pero hay ocasiones que el escenario es adverso y hay que afrontarlo con responsabilidad y decisión. Quizá uno de los temas que más siento como industria, es que no hemos sido capaces de comunicar lo que realmente somos y cómo lo hacemos, y eso ha permitido que se instalasen discursos y opiniones infundadas. Creo que hoy nuestro principal desafío es reputacional, de lograr que nos conozcan, que se sepa la importancia que tiene para la creciente población el producir un alimento sustentable como el salmón, por otra parte, que nuestro crecimiento se adecúe a las exigencias de la sociedad. Ese es un desafío complejo, pero en el que estamos trabajando decididamente.

¿Cuáles son los planes y desafíos más importantes de Blumar en salmón?

Tenemos diferentes planes que van en las líneas más operacionales, buscando eficiencia en los procesos e incorporar innovaciones, como inteligencia artificial y automatización, entre otros. Hoy hay desafíos también de mercado, por eso nos hemos desplegado con oficinas en Estados Unidos, Europa y Asia, donde nuestros equipos comerciales han ido a mostrar nuestros productos y el valor agregado de ellos. Por otra parte, algo que será muy relevante es cómo el país va a decidir el futuro de la salmonicultura ya que nuestros competidores han trazado estrategias nacionales para la acuicultura muy ambiciosas y creo que Chile debe tomar decisiones, para que podamos crecer de forma amigable con el entorno, pero aprovechando las ventajas competitivas y comparativas del país en materia acuícola.