Formatos, sabor y cercanía: la apuesta de la nueva sala de ventas de trucha Caleta Bay

Ubicada en el ingreso a la planta El Teniente, la sala de ventas ofrece productos accesibles, en distintos formatos y con la frescura que caracteriza a la empresa productora de truchas.

Con el propósito de acercar sus productos a la comunidad y responder a una demanda sentida por vecinos y trabajadores, Caleta Bay inauguró una sala de ventas junto a su planta de proceso El Teniente, en Puerto Montt. Este nuevo espacio no sólo facilita el acceso a la trucha de cultivo de la empresa, sino que también representa una apuesta por democratizar el consumo de productos del mar, con precios accesibles, variedad de formatos y una experiencia de compra sencilla y directa. El espacio busca conectar directamente con la comunidad y facilitar el acceso a sus productos.

“Durante mucho tiempo, las personas que trabajan aquí o que viven cerca de la planta nos preguntaban constantemente dónde podían comprar nuestros productos. Era curioso que produjéramos alimentos de tan buena calidad justo aquí, y que no hubiese forma de comprarlos localmente. Esa inquietud fue el punto de partida para todo esto”, explicó a Salmonexpert, Juan Ignacio Pinto, subgerente de Marketing de Caleta Bay.

Esta sala no es sólo una vitrina comercial, sino un gesto concreto de descentralización del consumo y de reconocimiento al territorio. “A veces uno olvida que el producto nace acá, en los lagos y mares del sur, pero termina en Japón o en Estados Unidos. Queríamos que algo de eso se quedara en casa. Que la gente del lugar, que ha sido parte de este proceso, también pudiera disfrutarlo en su mesa, con su familia. Y hacerlo fácil, directo, sin complicaciones ni intermediarios”, señaló Pinto.

Versatilidad

Juan Ignacio Pinto, Subgerente de Márketing; Alejandro Ramírez, encargado sala de ventas; y Cristóbal Romero, subgerente de Asuntos Corporativos.

Uno de los pilares de este proyecto es la versatilidad de la oferta. En la sala se pueden encontrar productos adaptados a todos los tamaños de hogar y presupuestos, desde filetes individuales hasta porciones ahumadas en caliente, en frío, slice, bites & pieces, selladas al vacío, pensadas para el consumo inmediato o familiar.

“La idea fue justamente romper esa lógica del gran volumen, del negocio mayorista. Aquí tú puedes venir a pie o en auto, llevarte dos porciones si quieres, o cuatro trozos ahumados para un picoteo de fin de semana. Queríamos que fuera cómodo, que fuera real”, comentó el ejecutivo, agregando que “hay porciones pequeñas, formatos únicos, cortes especiales. Todo pensado para distintos estilos de vida, desde personas que viven solas hasta familias numerosas. Y eso se nota en la recepción que hemos tenido”.

El factor precio también fue cuidadosamente considerado. La empresa no quiso que el estándar premium se tradujera en inaccesibilidad. “Podemos tener un producto espectacular, de alta calidad, pero eso no significa que tengamos que comunicarlo como un lujo inalcanzable. No todo tiene que pasar por esa etiqueta de ‘premium’. Lo que importa es que sea sabroso, nutritivo, y que esté al alcance. Nuestro enfoque fue ese, porque tenemos un producto de primer nivel, pero con precios razonables. Como decimos acá, que se note que está hecho en casa, y para la casa”, expresó Pinto.

La ubicación estratégica es otro valor clave. Localizada a tan sólo unos metros del Hospital regional y con salida directa a la carretera, la sala permite que cualquier persona —sea de Puerto Montt, Puerto Varas o de paso— pueda detenerse a comprar. “Pensamos en todo. Habilitamos estacionamientos, pusimos buena señalética, y lo diseñamos para que sea una parada rápida. Lo que queríamos era que alguien pudiera decir ‘paso por acá, me llevo algo rico para el almuerzo, y sigo con mi día’. Así de simple”, afirmó el profesional.

Estrategia omnicanal

El canal e-commerce y los supermercados son parte de la estrategia omnicanal de Caleta Bay, pero esta sala de ventas aporta una dimensión distinta, que es el contacto cara a cara. “Tenemos la tienda online, claro, pero no todo el mundo maneja la tecnología con soltura. Hay personas que prefieren la experiencia directa, ver el producto, tocarlo, elegir. Por eso esta sala también abre un campo nuevo, más humano, más cálido. Queremos estar donde la gente está, en sus trayectos, en su rutina cotidiana”, explicó el subgerente.

La inauguración oficial de la sala coincidió con la temporada de Semana Santa, fecha en que tradicionalmente aumenta el consumo de pescado. Fue la ocasión perfecta para medir el interés de la comunidad y ajustar la operación. “Durante esos días se movió mucho producto, y vimos que había real interés. Pero también entendimos que necesitamos seguir comunicando. Que la gente se entere de que esto existe. Eso lo estamos trabajando con estrategias de boca a boca, redes sociales y algunas campañas más creativas que se vienen pronto”, adelantó Pinto.

Más allá de las ventas, el espacio también representa una apuesta de largo plazo para construir marca en el mercado nacional, donde Caleta Bay ha venido trabajando con más fuerza en los últimos años. “Nuestro foco siempre ha estado en el extranjero, sobre todo Japón, pero Chile es un piloto perfecto para desarrollar ideas, probar campañas y crear un vínculo con la gente. No se trata solo de vender trucha, sino de posicionarnos como una marca chilena reconocida por su calidad y cercanía. Nos gustaría que cuando alguien piense en pescado de calidad en Chile, piense en Caleta Bay”, recalcó el profesional.

Finalmente, la posibilidad de replicar este modelo en otras localidades del sur no está descartada, pero dependerá de cómo evolucione esta primera experiencia. “En Caleta Bay somos bien cuidadosos en cómo hacemos las cosas. Nos gusta darnos el tiempo, entender bien cada canal antes de escalar. Si esto funciona, claro que nos gustaría abrir otra sala de este tipo en algún lugar donde tengamos operaciones. Pero lo importante es hacerlo bien. Con cariño, con detalle, y con el mismo espíritu con que abrimos esta primera sala, pensando en la gente, en su mesa y en el sabor de cada momento”, concluyó Juan Ignacio Pinto.