La imperiosa necesidad de adaptarse a las nuevas condiciones de producción
Chile: La Dra. Jeanne Simon afirma que las ganancias futuras del sector salmonicultor dependen del bienestar social y ambiental del mismo territorio.
*Columna de opinión para Salmonexpert de la Dra. Jeanne Simon, académica de la Universidad de Concepción e investigadora asociada de la línea "Sustentabilidad Económica" del Centro Incar.
Toda empresa busca minimizar sus gastos y maximizar sus ganancias. Y cada país busca generar las condiciones para que las empresas puedan aumentar su producción y productividad, favoreciendo mejores salarios y mayores ingresos fiscales sin una carga tributaria pesada.
Como dijo Adam Smith en La Riqueza de las Naciones: “Ninguno se propone, por lo general, promover el interés público, ni sabe hasta qué punto lo promueve... sólo piensa en su ganancia propia; pero en éste como en otros muchos casos, es conducido por una mano invisible a promover un fin que no entraba en sus intenciones.”
Lo que planteaba Adam Smith sigue siendo cierto en muchos casos, aunque han cambiado las condiciones en las cuales las empresas producen. Cuando las condiciones del mercado cambian, las empresas deben adaptar sus procesos para seguir generando ganancias.
Cuando las condiciones ambientales se modifican, las empresas también deben adaptarse para asegurar la viabilidad del negocio en el mediano plazo. En los casos de industrias dependientes del medio acuático, como la salmonicultura, la calidad del agua es esencial para la producción como también para reducir el riesgo de una crisis como la marea roja.
Hace mucho tiempo han cambiado las condiciones políticas, y en especial en relación con el medio ambiente. La falta de participación ciudadana vinculante en la evaluación de impacto ambiental ha contribuido al aumento de las acciones judiciales. Se ha fortalecido la defensa colectiva ante industrias que no buscan mitigar las externalidades negativas.
Al mismo tiempo que las comunidades locales valoran el acceso al trabajo remunerado, desconfían de la industria y del Estado cuando no se genera valor para con el territorio. Por ejemplo, en la crisis de marea roja en Chiloé en 2016, la desconfianza social se expresaba en la asignación de responsabilidad a la salmonicultura sin reconocer que también el sector fue muy perjudicado por la misma floración de alga nociva.
En los tiempos actuales, y en especial en el contexto de cambio climático, el libre mercado no es suficiente para lograr el interés público. Nuevos enfoques, como la economía circular, buscan reducir el impacto ambiental a partir de la innovación en procesos productivos. La resiliencia y la capacidad adaptativa de un territorio dependen de la comprensión de cómo la suma de las acciones de distintos actores genera una carga socio-ambiental. Sin coordinación y colaboración entre los usuarios de la zona costera, la búsqueda de su propia ganancia deriva en un ambiente degradado, afectando la producción en el mediano plazo.
Para cualquier actor que depende del buen estado del ambiente acuático, también está en su interés individual coordinar con los demás y compatibilizar los distintos usos. Parecidos a los límites impuestos por la naturaleza, cada territorio también tiene límites sociales. En la Patagonia chilena, diversos movimientos sociales cuestionan la presencia de la salmonicultura por sus efectos negativos. El hecho que han respetado el marco regulatorio y cuentan con certificación internacional parece no disminuir el rechazo. El tema no es si han logrado reducir su impacto sino si han aportado al desarrollo territorial.
En la época actual, y como parte de la Red Pacto Global Chile, toda empresa puede y debe adaptar su actividad productiva para fomentar la capacidad emprendedora, aportar a la generación de trabajo de calidad con ingresos estables y/o favorecer la seguridad alimentaria en el territorio.
El Estado puede facilitar la articulación en pos del desarrollo armónico, pero son las empresas las que deben crear y fortalecer cadenas de valor con actores locales. Las ganancias futuras del sector dependen del bienestar social y ambiental del mismo territorio.