¿Actualización o paso atrás? La resolución sobre enfermedades de alto riesgo en acuicultura
Según Ruben Avendaño, investigador del Centro Incar, la normativa presenta inconsistencias que podrían afectar la gestión sanitaria de los cultivos acuícolas, especialmente en salmones.
En diciembre de 2024, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) actualizó la Resolución Exenta 1741, que regula las enfermedades de alto riesgo para las especies acuícolas. Al respecto, en conversación con Salmonexpert, Ruben Avendaño-Herrera, académico de la Universidad Andrés Bello (UNAb) e investigador del Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (Incar), analizó los alcances y limitaciones de la normativa, advirtiendo que no se trata de un cambio significativo, sino de una revisión que podría perpetuar problemas estructurales en la clasificación y manejo de enfermedades como la Tenacibaculosis.
La Resolución Exenta 1741 establece la clasificación de enfermedades de alto riesgo según criterios de impacto sanitario y económico. Estas listas son claves para la prevención y control de patologías que afectan tanto la productividad como la sostenibilidad de la acuicultura en Chile. Sin embargo, su efectividad depende de una actualización precisa y técnicamente fundamentada.
Avendaño recuerda que la Tenacibaculosis fue incorporada como enfermedad de alto riesgo en 2018. “En ese momento, se clasificó en la Lista 3 con el nombre genérico de Tenacibaculum spp. porque no se tenía claridad sobre las especies específicas involucradas”. Para el investigador, el hecho de que esta enfermedad vuelva a aparecer en la reciente resolución sin mayores cambios no constituye una verdadera actualización, sino una repetición innecesaria.
Categoría imprecisa
La Lista 3, en la que se incluye la Tenacibaculosis, ha sido objeto de críticas recurrentes. Según Avendaño, “esta categoría se utiliza para enfermedades cuya epidemiología no está completamente descrita, pero en la práctica se convierte en un cajón de sastre para patologías que no reciben financiamiento ni atención suficiente. Este enfoque podría generar lagunas importantes en la gestión sanitaria de la industria acuícola”.
El investigador recalcó que las enfermedades de la Lista 3 carecen de programas de vigilancia activa, a diferencia de las de las Listas 1 y 2, que cuentan con sistemas de monitoreo y control más robustos.
“Sin vigilancia específica, no podemos dimensionar el impacto real de la Tenacibaculosis en los cultivos”, comentó Avendaño.
La Tenacibaculosis ha demostrado ser una de las enfermedades más problemáticas para la industria del salmón en Chile. Según Avendaño, “en 2021, las mortalidades atribuibles a esta enfermedad alcanzaron el 22% en algunos períodos, y esa cifra ha ido en aumento, poniendo en evidencia la necesidad de medidas más efectivas para su control”.
A juicio del investigador, la reciente actualización de la resolución, que debe hacerse y publicarse por Ley, no refleja los avances en conocimiento y diagnóstico de la enfermedad. “Aunque en 2021 se precisaron las especies responsables (T. dicentrarchi y T. maritimum), la resolución actual sigue utilizando el término genérico Tenacibaculum spp., lo que podría dar lugar a confusiones”
Una de las consecuencias más preocupantes de esta falta de claridad normativa es el posible abuso de tratamientos antimicrobianos. “Cuando no se especifican las causas exactas de las mortalidades, se corre el riesgo de aplicar tratamientos inadecuados que pueden contribuir al desarrollo de resistencia bacteriana”, advirtió Avendaño.
Implementación
El académico indicó que uno de los problemas recurrentes en este tipo de normativas es la desconexión entre Subpesca y Sernapesca. “Muchas veces las actualizaciones no consideran el trabajo técnico realizado por los fiscalizadores de Sernapesca, lo que genera inconsistencias que afectan la aplicabilidad de las resoluciones”.
“Mientras que países líderes en acuicultura, como Noruega, cuentan con normativas que integran criterios epidemiológicos y productivos avanzados, en Chile persisten generalidades que limitan la capacidad de acción. Necesitamos normativas más precisas que sean herramientas útiles para la gestión sanitaria, no solo documentos burocráticos”, señaló el investigador.
Dado lo anterior, Avendaño sugirió avanzar hacia una clasificación más detallada que permita incluir coinfecciones y mortalidades asociadas a múltiples patógenos. Además, planteó la necesidad de una revisión técnica más exhaustiva para evitar errores y contradicciones.
Flavobacteriosis
El investigador también llamó la atención sobre otras enfermedades que deberían recibir mayor prioridad, como la Flavobacteriosis. “Esta enfermedad es la principal causa de mortalidad en agua dulce y utiliza grandes cantidades de antibióticos. Sin embargo, sigue relegada a una categoría secundaria”.
Avendaño destacó que las empresas acuícolas tienen un rol crucial en la generación de datos epidemiológicos. Sin embargo, esta tarea debe estar respaldada por un marco normativo claro y consistente.
“La clasificación de enfermedades debería ser un proceso dinámico que incorpore avances en investigación y datos productivos. Si mantenemos una lista desactualizada, perdemos la oportunidad de actuar de manera preventiva y efectiva”, argumentó Avendaño, enfatizando en que “una normativa sólida no solo beneficia a los productores, sino que también refuerza la posición de Chile como líder mundial en salmonicultura. Una industria sostenible requiere normativas que sean tanto rigurosas como prácticas”, concluyó el experto.
LandbasedAQ
-
Benchmark está lista para continuar su operación sin complicaciones tras venta
-
Aquabounty cierra el último de sus centros de salmón y su CEO decide dar un paso al costado
-
65 mil smolts se escaparon: inician investigación para encontrar las razones
-
Chileno asume gerencia general de Benchmark Genetics Salten
-
“El salmón juega un papel fundamental en la identidad de Puerto Montt”
-
Valor agregado: “será la exportación de tecnología, biotecnología y servicios acuícolas”