Marcaje de peces: “Dará origen al estudio ecológico más caro e inútil de la historia”
Respecto del proyecto de ley para marcar salmones, el Dr. José Gallardo plantea que es deficiente e irracional, con una serie de fallas, resultando en una enorme inversión y estudio que no significará ningún aporte.
La semana pasada, los diputados Jaime Sáez, Camila Rojas, Marcela Riquelme, Javiera Morales, Viviana Delgado, y Jorge Brito, presentaron un proyecto de ley para el marcaje universal y obligatorio de salmones al momento de ser transferidos al mar, ello, con el fin de mejorar el control de todas estas especies en caso de escapes, entre otros.
A modo general, el Dr. José Gallardo, investigador de la Pontifica Universidad Católica de Chile (PUCV), plantea que “este proyecto de ley es tan deficiente e irracional que, si se aprueba, dará origen al estudio ecológico más caro e inútil de la historia de Chile y quizás del mundo”.
A su juicio, todos los argumentos a favor que dan los impulsores del proyecto de ley son errados, lo que reflejaría un serio y deficiente conocimiento de lo que intenta legislar.
¿Por qué es un mal proyecto de ley y no debería aprobarse? De acuerdo con lo expuesto por el investigador, hay cuatro razones principales. Primero, el proyecto de marcaje universal y obligatorio es extremadamente costoso.
Gallardo señala que debido a que en nuestro país se siembran cada año alrededor de 220 millones de peces, cuatro veces más que la pesca de salmón en EE.UU. y Canadá, solo el costo de la marca representaría un gasto anual de US$26 millones (con IVA) para la industria.
“Pero, además, el legislador parece desconocer que el costo de la marca no es suficiente para evaluar el costo de su proyecto de Ley. El proyecto de ley no incluye, ni menciona, los costos de inversión en equipos y otros insumos necesarios para ejecutar el marcaje, como jeringas y anestésicos. También omite que las marcas no se colocan por sí mismas; es necesario contratar y capacitar personal en la técnica de marcaje y uso de equipos, y movilizar los equipos y el personal a todas las pisciculturas que producen smolt en el país para marcar la considerable cifra de 18 millones de peces mensuales”, detalla el experto de la PUCV.
Segundo, el Dr. Gallardo menciona que el 99,9999 % de las marcas nunca serán utilizadas, dado que la cantidad de peces que se escapan es mínima comparada con la cantidad total de peces que serán marcados, por lo que la mayoría de las marcas terminarán en la basura de alguna planta de proceso.
“Las estadísticas que menciona el legislador se concentran en los casos de fracaso de las medidas de contención de peces, pero omite los casos de éxitos. Según datos del Sernapesca, el año 2019 solo ocurrieron 5 eventos de escape, acumulando un total de 85 mil peces escapados. Bajo el supuesto de que ese año se hubiera implementado el proyecto de ley de marcaje, casi el 100% de la inversión en marcar los peces se hubiera desperdiciado. De hecho, el estudio mencionado en la ley, de Soto y colaboradores, después de 13 meses de muestreo, en seis localidades diferentes del sur de Chile, solo logró capturar 271 salmones del Atlántico. Si multiplicamos ese esfuerzo de muestreo por 10, se esperaría capturar 2700 salmones al año. Es decir, se habrá hecho un esfuerzo de marcaje de 143 millones de salmones del Atlántico para capturar y analizar menos del 0,000083%”, amplía el científico.
Tercero, el proyecto no tendrá ningún impacto en el robo de peces, según Gallardo. Lo anterior debido a que como la trazabilidad depende de la marca, los delincuentes simplemente cortarán y botarán la cabeza que contiene la marca, eliminando en el acto toda prueba del robo antes de comercializar los filetes en el mercado ilegal.
Y como cuarto punto, el profesional expone que es proyecto propone la realización del estudio ecológico más caro e inútil de la historia, ya que se plantea la realización de un nuevo estudio ecológico de los salmones escapados, similar al de Soto y colaboradores, pero en todo el sur de Chile, siendo inviable desde el punto de vista operativo y con resultados triviales y sin sentido.
“El estudio es inviable porque, para analizar “la dispersión y distribución de los mismos”, habría que generar una estructura científica y técnica para capturar a los peces escapados en toda la Patagonia chilena. Los escapes de salmones en Chile pueden ocurrir de forma aleatoria en cualquier mes del año y en cualquier lugar. Esto se traduce, en que habría que mantener un esfuerzo de captura de peces escapados permanente en todas las regiones y canales donde se cultiva salmón, pero quizás 10, 20 o 30 veces más grande que el de Soto y colaboradores. Pero no solo eso, sino que luego hay que llevarlos a un laboratorio de investigación especializado, que tenga la capacidad de extraer la marca, analizarla, compararla con alguna base de datos de marcas, y evaluar todos los parámetros ecológicos de interés del legislador”, aclara el Dr. Gallardo.
Con respecto a este último punto, el experto da a conocer que la conclusión del estudio ecológico, “no lo duden, será la siguiente: la mayoría de los salmones escapados y capturados consumen pellet, una conclusión que conocemos desde hace 30 años”.