Analista respalda sistemas híbridos de flujo continuo para revolucionar la salmonicultura

Gorjan Nikolik, consultor internacional de Rabobank.

La mayor bioseguridad de la tecnología HFS permite obtener un más alto porcentaje de peces de calidad superior en comparación con los métodos de cultivo tradicionales.

Un analista líder del importante banco de acuicultura Rabobank ha respaldado los sistemas híbridos de flujo continuo (HFS) basados en tierra para que se conviertan en un cambio radical para el cultivo salmón.

Gorjan Nikolik, analista senior de productos del mar de RaboResearch Food & Agribusiness, dice que HFS puede convertirse en una parte clave del sector, permitiendo el crecimiento mediante la producción de peces de tamaño de cosecha y post-smolts grandes para sitios marinos, al mismo tiempo que mejora la bioseguridad y reduce el impacto ambiental.

Al trasladar el cultivo a cuencas contenidas en la costa, es posible excluir la mayoría de los patógenos, como piojos, bacterias, algas y medusas. Esto minimiza la necesidad de medicación, lo que da como resultado tasas de crecimiento más rápidas y mejores índices de conversión alimenticia.

“Los primeros datos muestran índices de conversión alimenticia de 1,1 en los centros HFS en comparación con el promedio de la industria de 1,3. Estos resultados, combinados con una tasa de supervivencia del 97% en comparación con el 83% de la industria con jaulas, sugieren que el rendimiento biológico en los centros HFS es superior”, explica el analista.

La mayor bioseguridad de la tecnología HFS permite obtener un mayor porcentaje de peces de calidad superior en comparación con los métodos de cultivo tradicionales, lo que se traduce en precios más altos. Además, los centros HFS tienen una menor huella ambiental, ya que no liberan patógenos en las aguas circundantes y tienen un riesgo mínimo de escapes de peces. “Los niveles de nitrógeno se reducirán en gran medida con la tecnología HFS, ya que las fuentes clave de nitrógeno de los centros tradicionales se recogen en el fondo del tanque y no se liberan con el agua que sale del sitio”, señala Nikolik.

Si bien los centros de salmón HFS representan una mejora en la bioseguridad y la sostenibilidad debido a su limitado impacto en el medio acuático, consumen más energía que los sitios tradicionales. Se necesitan entre 1 y 8 kWh de energía para producir un kilogramo de salmón HFS, dependiendo de los sistemas utilizados. En cambio, la etapa marina de cultivo tradicional de salmón tiene un consumo de energía insignificante.

“El resultado final es que el buen precio y el menor costo biológico de producción compensan el mayor coste energético y deberían conducir a una mayor rentabilidad”, afirma Nikolik. Sin embargo, para lograr una mejora real en el rendimiento de la sostenibilidad, los centros HFS deberán estar alimentados por fuentes de energía sostenibles. “Afortunadamente, todos los proyectos actuales de los que tenemos conocimiento (en construcción o planificados) tienen energía renovable como fuente”.

No obstante, para que la tecnología HFS se adopte de forma generalizada, es fundamental contar con una inversión de capital sustancial y una legislación que la respalde. Los proyectos actuales en Noruega e Islandia están marcando la pauta, pero la expansión a otras regiones como Chile, Estados Unidos y Canadá requerirá un respaldo financiero y un apoyo regulatorio importantes.

“Nuestras estimaciones son que los proyectos actualmente en funcionamiento y en construcción necesitarán entre 2.000 y 3.000 millones de euros de capital entre 2024 y 2030 para sus planes existentes”, señala Nikolik.

Para que el gran número de proyectos conceptuales y aprobados se convierta en realidad, se necesitará una cantidad mucho mayor. La tecnología HFS tiene el potencial de transformar la industria del salmón, siempre que se cuente con el capital y los marcos legislativos necesarios, concluye Nikolik.