"La nueva Ley de Acuicultura es construir un edificio desde el quinto piso"

Marcelo Campos, socio director de Acuasesorías.

Marcelo Campos analizó esta propuesta del Gobierno, enfatizando en que lo que se pretende discutir carece de bases, y que los pilares de esta Ley no son muy distintos a los que ya se ha hecho en el sector.

El pasado viernes se desarrolló una nueva versión del webinar “Poniéndonos al día”, organizado por el Club de Innovación Acuícola. En esta oportunidad, la temática tratada fue "Nueva Ley de Acuicultura: Lo indispensable", la que fue presentada por Marcelo Campos, socio director de Acuasesorías.

En la instancia, el profesional rememoró los años en los que estuvo a cargo de la División de Acuicultura de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca).

“Salvo algunos reglamentos, no había normativas concretas para la acuicultura. Tuvimos que trabajar en el reglamento de concesiones y autorizaciones, reglamento ambiental, reglamento sanitario, que se demoró muchos años en salir, y así, varios otros reglamentos. Pero había una decisión distinta a la que tenemos actualmente, y era de fomento hacia la acuicultura. Y con los subsecretarios de la época éramos de la idea de que a la industria salmonicultora había que potenciarla”, comentó Campos.

El profesional mostró el organigrama del Estado, dando cuenta que Chile posee 24 ministerios, 39 subsecretarías y 168 servicios públicos.

“Pero de todos estos, me llama profundamente la atención de que no hay un ministerio dedicado específicamente a los temas de acuicultura, pesca y de ordenamiento territorial. Dentro de todo este sistema, de toda esta administración, lo único que tenemos es una Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, que durante muchos años se llamó solamente Subsecretaría de Pesca, y que posteriormente, dada la insistencia de algunos subsecretarios y mía también logramos que se fuera reconocida como Subsecretaría de Pesca y Acuicultura”, detalló el director de Acuasesorías.

De acuerdo con lo expuesto, la acuicultura era vista como el “hermanito pobre”. “Pero sucedió que este hermanito pobre fue creciendo y creciendo y actualmente sobrepasó a la pesca y a otras actividades económicas. Pero me sigue llamando profundamente la atención y me pregunto ¿dónde está la Subpesca en el organigrama del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo? Me quedo con la gran sensación de que no está, sencillamente no está”.

“Yo llamo un poco a la reflexión. Si nosotros queremos tener un rol importante y que se nos considere, siendo esta la segunda actividad económica más relevante del país, debiéramos al menos estar mencionados en alguna parte”, apuntó el Biólogo.

Para Campos, desde una opinión personal, lo que menos tiene el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, es fomento. “Hay un Instituto de Fomento Pesquero que tampoco fomenta, hay una Corporación de Fomento a la Producción, Corfo, que tampoco fomenta. Por lo tanto, el Ministerio debería llamarse de otra manera si queremos considerar a la pesca y a la acuicultura, debería ser un Ministerio de Economía, Pesca, Acuicultura y Turismo”.

Ley de Acuicultura

Nuevo Ministerio

En palabras del profesional, lo que más se necesita ahora es una modernización de la institucionalidad. “Yo sueño con un Ministerio de Acuicultura, Pesca y Ordenamiento del Maritorio. Este orden y estos nombres no van al azar. La acuicultura es la actividad más relevante dentro del sector, y bien sabemos que la pesca no es hoy día lo más relevante. Por lo tanto, si queremos tener una buena institucionalidad tenemos que tener un Ministerio de Acuicultura, de Pesca y de una vez por todas sacar el tema del ordenamiento del Ministerio de Defensa”.

Campos fue enfático en un cambio en la institucionalidad. “Quienes trabajamos en acuicultura tenemos que convencer a nuestras autoridades que tenemos que tener un Ministerio específico para este sector. Hay Ministerio de Minería, de Agronomía. Por lo tanto, si la segunda actividad económica del país no tiene la relevancia que debe tener, estamos mal”.

Al referirse a la nueva Ley de Acuicultura, el profesional expresó que lo que se está tratando de hacer es “construir un edificio”. “Todos sabemos que los edificios se construyen desde los cimientos, desde los subterráneos, pero yo siento que lo que se está haciendo actualmente con esta nueva ley de acuicultura, es empezar a construir del quinto, del sexto, del séptimo piso, y no nos estamos preocupando de las bases. Los cimientos son fundamentales, y en este caso esos cimientos lamentablemente no están. Es una ley que están tratando de hacerla muy bonita, con unas azoteas maravillosas, pero no hay sustento. Y tampoco vislumbro que se considere a las redes, al clúster de acuicultura, el cual tenemos que fomentar”.

Para Campos, es muy importante analizar un concepto que ha tratado de acuñar durante los últimos años. “Así como tenemos una agronomía, la ingeniería de la producción agrícola, tenemos que necesariamente tener una acuanomía, una ingeniería de la producción acuática, una visión global. Eso tampoco lo estoy viendo. Es entonces esta similitud entre acuanomía y agronomía lo que tiene que sustentar, es la base, es el subterráneo que nosotros tenemos que edificar antes de hacer una Ley de Acuicultura”.

Sumado a esto, a juicio de Campos, tenemos problemas conceptuales que son tremendamente graves. “La comunidad, incluso nosotros mismos, hablamos de industria salmonera e industria salmonicultura como sinónimos, siendo que son dos cosas completamente distintas. Lo que nosotros tenemos es una industria salmonicultora. Y en la medida que nosotros mismos no tengamos conciencia de esto, evidentemente vamos a estar muy complicados”.

“Evidentemente la acuicultura ha sido una industria tremendamente importante. La acuicultura, es mi pasión y es muy relevante. Evidentemente también, a pesar de todos los problemas que ha tenido, ha habido colaboración en la conservación de las especies hidrobiológicas, se ha evitado la sobreexplotación de los ecosistemas acuáticos mediante parámetros de sostenibilidad económica, social y medioambiental. Sin lugar a duda, también es una excelente forma de asegurar la existencia de alimentación para un mundo con una población en aumento y con alimentos que saludables. Por otra parte, favorece la producción de materias primas, industriales, farmacéuticas, genera empleos y evidentemente ayuda a la erradicación de la pobreza. Provoca transformaciones sociales que han sido tremendamente importantes debido a la descentralización, a la innovación y sobre todo a las prácticas de inclusión, básicamente incorporación de mujeres y jóvenes a las fuerzas de trabajo”, destacó Campos.

Tomando en cuenta lo anterior, el profesional precisó que surgen, entonces, muchas interrogantes. “¿Necesitamos ahora una nueva Ley General de Acuicultura? ¿Necesitamos resolver primero los cuellos de botella y dificultades de la industria? ¿Necesitamos cambiar primero la apreciación que las autoridades y la sociedad civil tienen de la acuicultura? ¿Necesitamos una nueva institucionalidad sectorial? La subsecretaría nos insta a participar, a hacer una nueva Ley de Acuicultura, pero insisto, construyendo del quinto piso hacia arriba”.

La nueva Ley General de Acuicultura considera ocho pilares que son: acceso, ordenamiento territorial acuícola, ambiental (enfoque sostenible), sanidad y bienestar animal, investigación para la toma de decisiones, fiscalización y sanción, cadenas productivas y comercialización y gobernanza. “Pero cuando uno ve las propuestas e indaga un poquito más, no es mucho más de lo que efectivamente  tenemos en la actualidad. ¿Qué pasa con la investigación? ¿Qué pasa con los estudios que se han planteado en relación a una política nacional de acuicultura? Es decir, nuevamente se está desconociendo todo lo que se ha hecho y lo que se ha hecho está mal”, sentenció Campos.

Según la Subpesca, los ejes estratégico de una nueva Ley General de acuicultura son: descentralización, sustentabilidad, científico, transparencia, participación, equidad de género, reducción de riesgos de desastre, cambio climático, seguridad y soberanía alimentaria, precautorio, enfoque ecosistémico, desarrollo productivo y diversificación. Sin embargo, a juicio del profesional, todo lo antes mencionado, si no se hace con la profundidad que efectivamente se necesita, no va a servir de nada. “Son adornos del árbol de pascua, pero no hay árbol de pascua. El subterráneo del edificio no está construido”.

Esta misma propuesta, los ámbitos de aplicación de la nueva Ley General de Acuicultura menciona y reconoce que hay distintas realidades que existen en la acuicultura y que en la formulación de esta ley había que distinguir entre lo que serán las aplicaciones generales a todo el sector acuicultor y las aplicaciones específicas por sector.

“Pero se desconoce algo sumamente importante. No podemos sacar todo y hacer dos leyes que sean absolutamente independientes entre pesca y acuicultura, porque de una u otra manera están ligadas. Y cuando vemos las aplicaciones específicas de la Ley de Acuicultura, personalmente siento que este proyecto de Ley está planteado única y exclusivamente para responder a la demanda de la comunidad y la acuicultura de pequeña escala. Y por tratar de favorecer y hacer crecer y de entender por qué la acuicultura de pequeña escala, estamos dejando de lado la gran industria, que es la gran industria salmonicultora, mitilicultora, la producción de algas, que se están desconociendo para tratar de resolver un problema que, a mi juicio, es más bien de reconversión laboral”, expuso Campos.