¿Cómo innovar y sortear los desafíos que presenta la alimentación para salmones?

Imagen: Salmonexpert.

La reducción de la huella de carbono y la mejora en la eficiencia biológica de las dietas son objetivos clave para la industria en su camino hacia la carbono-neutralidad en el 2045-2050, según Pablo Leyton.

Ayer se desarrolló una nueva versión del webinar “Poniéndonos al día”, organizado por el Club de Innovación Acuícola. En esta oportunidad, la temática tratada fue “Desafíos de innovación en alimentos en salmonicultura”, la que fue presentada por Pablo Leyton, Médico Veterinario y director de Feed Technology en Vitapro, donde lidera la formulación, nutrición e Investigación y Desarrollo en el Centro Experimental Acuícola (CEA).

En su exposición, Leyton abordó los principales desafíos que enfrenta la industria acuícola en la innovación de alimentos para salmones, destacando la necesidad de adaptar las dietas para cumplir con demandas económicas, ambientales y de certificación, enfatizó en la diversificación de ingredientes para hacer las dietas más costo-competitivas.

“Detrás de este objetivo principal existen otros factores, como el cumplimiento de certificaciones y la disponibilidad de materias primas, lo que resulta especialmente complejo en un entorno global incierto. La guerra entre Ucrania y Rusia ha impactado en forma directa sobre el asistimiento de granos. Estos factores externos afectan la cadena de suministro de ingredientes esenciales”, precisó el profesional.

De acuerdo con lo manifestado por Leyton, un desafío clave es la necesidad de reducir el impacto ambiental de los alimentos para peces. “Las dietas no solo deben enfocarse en mejorar la eficiencia de costos, sino también en cumplir con normativas ambientales cada vez más estrictas, como las certificaciones ASC. Los alimentos deben estar continuamente evolucionando y adaptándose para disminuir estos riesgos desde el punto de vista de los outputs. Y entre los principales riesgos está la eutroficación y la generación de gases de efecto invernadero”.

Agua dulce

En cuanto a las investigaciones y desarrollos que están llevando a cabo en el CEA tanto para smolts como para post-smolts, Leyton recalcó que actualmente se están llevando a cabo distintos desarrollos, algunos relacionados con la costa efectividad de las dietas.

“Normalmente los desarrollos que se han hecho, incluso para tener un nivel de seguridad, se relacionaba con que los niveles de sustitución de insumos marinos se aplicaron desde los 800 grs a 1 kg y hacia arriba. Pero siempre quedó pendiente lo que pasaba en los primeros estadios del salmón. Por eso, asumimos el deber de investigar qué pasaba entonces en estos estadios de desarrollo. Otros desarrollos que hemos generado apuntan a la palatabilidad y atractibilidad del alimento, porque lo que buscamos es generar un alto consumo de alimentos de poblaciones que están recién preadaptándose a vivir en las condiciones marinas y que normalmente cursan con periodos donde la captación de alimentos es relativamente pobre, entonces en la medida que nosotros contribuimos a hacer que ese proceso se acorte, vamos a generar un efecto que por cada gramo ganado al inicio, son muchos gramos ganados al final”, detalló el profesional.

Para el Médico Veterinario, a medida que la industria ha ido evolucionando hacia una mayor utilización de ingredientes terrestres (vegetales) en lugar de marinos, esto ha traído nuevos desafíos.

“El uso de suelos y recursos hídricos para producir vegetales que luego se integran en la dieta de los peces plantea preocupaciones sobre la sostenibilidad, particularmente por la degradación de su suelo, y la cantidad de agua que se requiere para producir los vegetales. Por ello es necesario gestionar adecuadamente los recursos naturales involucrados en la producción de ingredientes”, apuntó Leyton.

Gases de efecto invernadero

Otra problemática crítica a la que se refirió el profesional apunta a la reducción de gases de efecto invernadero (GEI) en la formulación de dietas, ya que a medida que la industria salmonicultora se fija metas de sostenibilidad para 2030 y 2045, como la reducción de emisiones de CO2, las dietas deben adaptarse.

“Si establecemos un objetivo de disminuir un 20% la cantidad de CO2 de las dietas, en el caso, por ejemplo, de la lecitina de soya, se tendría que usar no más allá de un 0,7%. Este cambio en la formulación de las dietas tiene implicaciones directas sobre la disponibilidad y uso de ciertos ingredientes clave”, acotó el ejecutivo de Vitapro.

Por otra parte, Leyton hizo hincapié en la necesidad de incorporar componentes funcionales en las dietas para enfrentar desafíos específicos como la hipoxia, que afecta a los peces en ciertas condiciones ambientales. “El tomar las precauciones de agregar estos elementos funcionales se puede ya percibir durante el proceso de hipoxia. De allí la importancia de innovar en la formulación para mantener el rendimiento de los peces bajo estrés ambiental. Este tipo de innovación podría ser crucial para mantener la productividad en condiciones adversas”.

El profesional igualmente advirtió que un problema emergente es la presencia de microplásticos en los ingredientes utilizados en la alimentación acuícola. “Incluso un insumo tan noble como el harina de pescado contiene microplásticos, lo que plantea un reto tanto para la sostenibilidad de las dietas como para la seguridad alimentaria. A su vez el gluten de maíz contiene mayores concentraciones de microplásticos que los ingredientes marinos, lo que obliga a reevaluar las fuentes de insumos”.

Eficiencia

En términos de investigación e innovación, el director de Feed Technology en Vitapro destacó la necesidad de continuar avanzando en el desarrollo de dietas más digestibles y eficientes.

“Se requiere Incrementar la eficiencia biológica de la dieta y cómo obtener mayor digestibilidad de los nutrientes. Esto es uno de los objetivos principales para asegurar que las dietas no solo sean sostenibles, sino también rentables. Lo anterior incluye el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan optimizar la relación entre proteína y energía digestible en las dietas, lo que podría mejorar tanto el crecimiento de los peces como la eficiencia en el uso de los insumos”, indicó Leyton.

Para el Médico Veterinario, la industria salmonicultora se enfrenta a desafíos económicos derivados de la implementación de estos cambios, debido a que el aumento de los costos de los insumos y la necesidad de cumplir con certificaciones ambientales podrían encarecer significativamente las dietas. “Los alimentos tendrían que costar US$200 más por tonelada. Por ello, es necesario buscar soluciones innovadoras que no solo mejoren la sostenibilidad, sino que también mantengan la competitividad económica de la industria”.