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Chile lidera la sanidad acuícola global con vacunas y gobernanza antimicrobiana

Conferencia de prensa de presentación del informe de la OMSA en París, Francia.

El informe 2025 de la OMSA destaca el impacto del Proyecto Yelcho, la labor del Centro CASA, y la vacunación como clave para reducir el uso de antibióticos en la salmonicultura.

El avance hacia una producción animal más sostenible ya no es una aspiración futura, sino una necesidad inmediata, y el “Informe sobre el estado de la sanidad animal en el mundo” 2025 de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) se presenta como un instrumento clave para orientar ese camino.

En esta primera edición del documento global, dado a conocer ad-portas de la 92ª Sesión General de la OMSA en París, la organización pone especial énfasis en la vacunación como eje fundamental para enfrentar enfermedades en los animales de producción y contener la creciente amenaza de la resistencia a los antimicrobianos (RAM).

La presentación del informe se realizó el pasado viernes a través de una conferencia de prensa, donde estuvieron presentes la Dra. Emmanuelle Soubeyran, directora General de la OMSA; Susana Guedes, presidenta del Consejo; Javier Yugueros-Marcos, jefe del departamento de RAM; Montserrat Arroyo; subdirectora general y Gregorio Torres, jefe del departamento de ciencias.

Desde la acuicultura hasta la ganadería, el documento subraya que el bienestar animal, la seguridad alimentaria y la salud pública son dimensiones interconectadas, y que requieren acciones decididas desde la ciencia, la política y la industria. La salmonicultura chilena, en particular, ocupa un lugar destacado por su compromiso con la vacunación como estrategia sanitaria y por los avances impulsados por el Centro Colaborador CASA, dependiente de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile (UChile).

En el extenso informe, la OMSA aborda con detalle las principales amenazas sanitarias que afectan a la producción acuícola global, incluyendo la Anemia Infecciosa del Salmón (ISA), una enfermedad viral de alto impacto que compromete seriamente la rentabilidad de la industria y pone en riesgo los intercambios comerciales internacionales. Se subraya que esta enfermedad, al no tener tratamiento efectivo, demanda soluciones preventivas robustas, siendo la vacunación una herramienta central.

Dra. Emmanuelle Soubeyran.

Asimismo, el informe identifica al Síndrome Rickettsial del Salmón (SRS) como un problema crítico en la salmonicultura chilena, debido a su elevada prevalencia y al uso histórico intensivo de antibióticos para su tratamiento, lo que ha contribuido a la presión sobre la resistencia bacteriana.

En este contexto, se destaca el rol del Centro CASA para la “Gobernanza del uso de antimicrobianos en acuicultura”. Este centro, primero en su tipo en América, ha sido reconocido por la OMSA por su contribución en la promoción de prácticas responsables, el desarrollo de tecnologías de vacunación y la articulación entre ciencia y política pública.

La Dra. Alicia Gallardo, presidenta de la Comisión de Animales Acuáticos de la OMSA, subraya en el informe que “en la salmonicultura, la vacunación es una forma de gobernanza sanitaria”, y que debe integrarse como parte estructural de los planes estratégicos de sanidad animal.

Uno de los aspectos más relevantes señalados por la OMSA es cómo el uso de vacunas ha permitido reducir de manera significativa la dependencia de antibióticos en la industria del salmón. La Dra. Gallardo destaca que, dependiendo de las condiciones sanitarias y ambientales, es posible alcanzar una reducción del 50% en el uso de antimicrobianos mediante programas de vacunación efectivos. Esta afirmación cobra aún más relevancia considerando que la industria salmonicultora chilena genera cerca de US$6,5 mil millones anuales y es la segunda más grande del mundo después de Noruega. El documento advierte que la sostenibilidad de esta actividad productiva está estrechamente ligada a su capacidad de adaptarse a estándares sanitarios más exigentes.

Javier Yugueros-Marcos y Susana Guedes.
Montserrat Arroyo y Gregorio Torres.

Durante la conferencia de prensa, ante la consulta de Salmonexpert, Javier Yugueros-Marcos, jefe del departamento de RAM de la OMSA señaló que “es cierto que la industria del salmón es un ámbito en el cual la vacunación puede reducir casi completamente el uso de los antimicrobianos. Por ejemplo, en Noruega han reducido su utilización de 98% gracias a campañas de vacunación contra las enfermedades más importantes. Y Chile justamente es el segundo gran productor mundial de salmón y están intentando seguir el mismo modelo, potenciando la vacunación. Pero, por supuesto, la naturaleza no siempre es nuestra aliada. Y la enfermedad que Chile tiene es bastante más complicada. Nosotros tenemos un consorcio que está trabajando sobre nuevas alternativas y terapias innovadoras para reducir el uso de antimicrobianos en la industria del salmón chilena. El uso de antimicrobianos sigue siendo alto en Chile, son conscientes de ello y por ende conscientes de la necesidad de reducir gracias a terapias alternativas. La vacunación en primera instancia, por supuesto, pero todavía no es suficiente de reglamentación. Por ello, desde la OMSA está impulsando, en pos de elaboración de normas internacionales, las terapias alternativas”.

Proyecto Yelcho

El Proyecto Yelcho, lanzado en marzo de 2024, aparece como una de las iniciativas más ambiciosas en este sentido. Esta alianza público-privada tiene por objetivo reducir de forma sustantiva el uso de antibióticos en la salmonicultura nacional mediante el fomento de la vacunación y el fortalecimiento de la coordinación interinstitucional. Participan en él 11 empresas productoras de salmón, organismos estatales como el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), así como el Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal). Se espera que esta estrategia permita alcanzar la meta del programa CSARP, impulsado por Seafood Watch del Monterey Bay Aquarium, que busca reducir en un 50% el uso de antimicrobianos y lograr una calificación de “buena alternativa” en sostenibilidad para el salmón chileno.

En el ámbito de la innovación tecnológica, el informe detalla que el Centro CASA está liderando investigaciones en microencapsulación de antimicrobianos en alimentos, lo que mejora su absorción en los peces y reduce la cantidad de residuos que se liberan al medio ambiente. Esta técnica permite alcanzar la concentración mínima inhibitoria necesaria sin sobreexponer a los animales, disminuyendo así el riesgo de desarrollar cepas resistentes. A ello se suma el desarrollo de vacunas autógenas, elaboradas a partir de cepas locales, especialmente útiles para combatir brotes emergentes sin soluciones comerciales disponibles.

Marco regulatorio

La OMSA también enfatiza la necesidad de mejorar los marcos regulatorios que permitan una adopción más rápida de vacunas personalizadas en acuicultura, un aspecto en el que Chile ha avanzado de manera significativa, pero donde aún existen desafíos. Persisten barreras como los costos de desarrollo, las dificultades logísticas para la administración masiva en peces y la necesidad de contar con una infraestructura laboratorial de alto nivel para la producción y validación de estos productos biológicos.

Más allá de las consideraciones técnicas, el informe reconoce que uno de los principales obstáculos para ampliar el uso de vacunas en la industria es de carácter cultural. Existen reticencias por parte de algunos actores frente a tecnologías como las vacunas de ADN o el uso de biotecnología, por temor a repercusiones en la percepción del consumidor o en los mercados internacionales. La OMSA sugiere que la educación, la transparencia y la comunicación de riesgos son esenciales para superar estas barreras y avanzar hacia una acuicultura más informada y responsable.

Desde una perspectiva global, el informe advierte que, si no se adoptan medidas urgentes, la resistencia a los antimicrobianos podría provocar pérdidas económicas acumuladas de hasta US$100 billones hacia el año 2050 y comprometer la seguridad alimentaria de más de 2.000 millones de personas. En este escenario, la acuicultura aparece como uno de los sectores con mayor oportunidad para generar impacto positivo, especialmente mediante la implementación de políticas preventivas como la vacunación y el mejoramiento de las prácticas de manejo sanitario.

En esta línea, Chile ha sido reconocido por su activa participación en ANIMUSE, la plataforma digital de la OMSA para el seguimiento del uso de antimicrobianos en animales, que permite tomar decisiones basadas en evidencia y orientar las estrategias nacionales. La información recopilada en esta herramienta fortalece la trazabilidad, la rendición de cuentas y la colaboración entre países, facilitando una respuesta coordinada a los desafíos sanitarios compartidos.

Finalmente, el informe posiciona a la salmonicultura no solo como una actividad productiva de relevancia económica, sino como una oportunidad estratégica para avanzar hacia una acuicultura globalmente sostenible. La integración de la ciencia, la cooperación público-privada y el liderazgo de instituciones como el Centro CASA y el Proyecto Yelcho ofrecen un ejemplo concreto de cómo es posible transformar un sector con alta presión ambiental en un modelo de innovación sanitaria y responsabilidad sectorial.

A diferencia de enfoques defensivos o reactivos, el informe 2025 de la OMSA invita a un cambio de paradigma donde la salud animal se convierta en un vector de progreso colectivo. En este escenario, el valor de las vacunas trasciende su eficacia clínica y se transforma en una herramienta de diplomacia sanitaria, una expresión tangible del principio “Una Salud”, y un elemento catalizador para la construcción de sistemas alimentarios más resilientes, equitativos y comprometidos con el bienestar de las futuras generaciones. La propuesta es transformar la sanidad animal en una causa compartida entre productores, científicos, consumidores y gobiernos.