Los desafíos que plantea el informe SOFIA para Chile como país acuícola

Dra. Doris Soto.

Dado que las pesquerías están estancadas, el cultivo de salmones se presenta como una alternativa interesante, y la FAO espera que la producción siga creciendo, pero de manera sustentable.

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Recientemente, la FAO publicó su informe “Sate of the world Fisheries and Aquaculture” (SOFIA por su sigla en inglés), documento que compila conocimiento sobre la producción, valor y otros aspectos relevantes de la pesca y la acuicultura global utilizando las estadísticas que reportan los países para el año 2022. Uno de los puntos importantes de este reporte es que entrega además una proyección futura muy relevante en particular para la acuicultura; puesto que se espera esta siga creciendo y generando una oportunidad para alimentar a la humanidad en forma más sustentable.

SOFIA informa que en el 2022 la producción pesquera y acuícola mundial llegó a 223,2 millones de toneladas, de los cuales 185,4 millones de toneladas fueron animales acuáticos y 37,8 algas. Es importante destacar que ya en el 2022 el cultivo de peces e invertebrados (moluscos, crustáceos y otros) para consumo humano superaba el 51% de la producción total revelando el crecimiento acelerado de la acuicultura.

En conversación con Salmonexpert, la Dra. Doris Soto, investigadora principal de Centro Incar, comenta que si se incluyen a las algas, la acuicultura hace años que viene superando a la pesca en cantidad producida a nivel mundial. “Sin embargo, como la gran cantidad de las algas que se cultivan no son para alimentación, quedan fuera del recuento. En cuanto a los salmones, en el contexto global, la producción es pequeña, ya que la mayor proporción la tienen los peces de agua dulce. Pero si nos referimos a la maricultura, son los salmones los peces más cultivados. Obviamente su relevancia es notable, porque la producción de salmones sigue creciendo y seguirá en esa línea y nuestra obligación es que estos sistemas de cultivo sean más sustentables”.

El informe igualmente señala que la pesca permanece estancada en volumen, además con un porcentaje de pesquerías sobre-explotadas que continúa incrementando. La pesca, especialmente para la producción de harina de pescado, sigue siendo la producción acuática más importante en volumen en América Latina; sin embargo, la acuicultura la supera en valor, además de generar alimento destinado a consumo directo.

Cultivo en tierra

De acuerdo con lo manifestado por la investigadora del Incar, el cultivo en tierra de salmones es posible y las iniciativas que existen están teniendo excelentes resultados, ya que cada vez aumenta más el tiempo en que los salmones están en tierra, porque los parámetros de cultivo están más controlados.

“Sin embargo, desde la perspectiva de la acuicultura climáticamente inteligente, tiene una desventaja y es que se requiere de mucha energía, por lo tanto, se debe pensar en priorizar el uso de energías limpias. Por otra parte, el cultivo para engorda en Chile, aun no lo veo tan posible en Chile por un tema de competitividad. Por ello, el cultivo en el mar en sistemas abiertos y su crecimiento es todavía posible, pero con estudios de investigación acabados y con sistemas de monitoreo permanentes”, manifiesta la Dra. Doris Soto.

“Las pesquerías hace varios años que se encuentran estancadas y el mismo informe de SOFIA muestra que se siguen realizando, pero por debajo de su nivel de sustentabilidad, lo que es preocupante. Desde esa perspectiva, la producción de salmones es una solución interesante. Como FAO, esperamos que esa producción siga creciendo, claramente Noruega tiene un espacio mucho más amplio para incrementar su producción que Chile, ya que en nuestro país le estamos dando gran importancia a la protección de la biodiversidad lo que tiene un costo. Pero es un costo que debemos asumir como país, es una decisión que tienen que tomar las regiones y puede llegar a ser, en algún momento, una ventaja comparativa, si podemos producir un salmón que protege la biodiversidad o que está atento a no impactarla, se vislumbra la posibilidad de que crezca la producción. Pero, para ello, se necesita revisar de manera más efectiva la distribución espacial. Por eso, tenemos esperanza en que la nueva Ley de Acuicultura nos dé una oportunidad de una revisión mucho más profunda y con el conocimiento actual, de todas estas temáticas”, asevera la Dra. Soto.

SOFIA también resalta varios temas relevantes para el crecimiento e intensificación sostenible de la acuicultura y hace especial énfasis en la necesidad de incrementar el consumo de alimentos acuáticos, considerando su menor huella de carbono y alto valor nutricional. Desde esta perspectiva en Chile, si bien continuamos entre los 10 mayores productores acuícolas a nivel global, estamos aún lejos de incrementar el consumo de productos acuáticos y mejorar la nutrición de nuestros habitantes, puesto que nuestra acuicultura es principalmente de exportación.

Transformación azul

El informe igualmente aboga por renovar esfuerzos hacia una transformación azul en acuicultura con metas ambiciosas en alineación con los ODS. Entre las metas destaca la necesidad de mejorar la bioseguridad en la producción acuícola a nivel global y enfatiza en la reducción en el uso de antimicrobianos, un tremendo desafío a nivel global.

“En la salmonicultura chilena, gracias a avances en tecnología e innovación, además de mejor gestión se ha logrado reducir el uso de antimicrobianos por cada tonelada de salmón cosechado lo que significa un gran avance en sustentabilidad y eficiencia productiva. Sin embargo, desde la perspectiva de los ecosistemas la cantidad total de antibióticos que se utiliza sigue siendo preocupante y no se ha reducido significativamente puesto que el consumo total de AM el 2023 fue 339 toneladas muy similar al valor de 342 toneladas el año 2022 (Informe Sernapesca 2023), además algunos barrios o ACSs se usan cantidades mucho mayores que otros y hasta ahora desconocemos las consecuencias a escala de barrios u ecosistemas, incluyendo potenciales implicaciones para la biodiversidad y para la salud humana”, remarca la investigadora.

A su juicio, este hecho requiere de un esfuerzo aun mayor involucrando estrategias de manejo integrado más efectivas con alta colaboración entre las empresas mismas y con el estado, especialmente en áreas compartidas, avanzando hacia el concepto de capacidad productiva máxima dentro de cada ecosistema. “Es imprescindible además atender a las potenciales implicaciones de uso de AM en las pisciculturas. Por ello es además necesario incrementar los esfuerzos en investigación y cumpliendo nuestra misión, en Incar seguimos avanzando en estos temas en colaboración con otras instituciones”, indica la Dra. Soto.