“Es inoficiosa la continua comparación entre indicadores de la salmonicultura noruega y de Chile”
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Para el Dr. Ruben Avendaño Herrera, aunque la mortalidad del salmón chileno es la mitad que la del noruego, no se debe entrar en comparaciones, siendo el foco mejorar lo propio.
Como son los mayores productores mundiales, siempre se comparan los rendimientos de la industria chilena del salmón con la noruega. Recientemente, el país nórdico reveló sus cifras de mortalidad, que mejoraron, ¿y cómo marchan las nacionales?
Así las cosas, en 2024, la tasa de mortalidad del salmón de cultivo en el mar de Noruega fue del 15,4%, frente al 16,7% del 2023. Mientras que en Chile, las cifras más actualizadas son al 2023, mostrando que el mayor porcentaje de mortalidad acumulada por ciclo según especie se registró en salmón del Atlántico con un valor igual a 9,4%, seguido por trucha arcoíris con un 6,9% y salmón coho con un 6,8%.
Frente a esto, el Dr. Ruben Avendaño Herrera, investigador del Centro Incar y académico de la UNAB, da a conocer su visión técnica en entrevista con Salmonexpert.
Las cifras muestran que la mortalidad del salmón del Atlántico chileno es la mitad que la del noruego. ¿Es una buena señal para la industria nacional o existen otros factores relacionados?
Siempre es positivo que las mortalidades de los peces cultivados en Chile se reduzca año a año, lo que indica que las medidas regulatorias del ente fiscalizador y las medidas operativas que aplican las propias empresas tienen consecuencias positivas. Por tanto, lo ideal es que nos preocupemos de ese valor.
Sin duda, compararse con el principal competidor en la producción de salmones como es Noruega puede tomarse como un aliciente, pero no debería ser una preocupación dado que las condiciones geográficas, regulaciones y patógenos que se encuentran en Chile y Noruega son muy distintas. Probablemente, lo único totalmente común es que se cultiva salmón del Atlantico. A modo de ejemplo, las principales patologías que afectan la salmonicultura noruega tienen un origen viral y en los últimos años comenzaron a sufrir de patologías bacterianas para las cuales de acuerdo a sus propias autoridades no se encontraban preparados a nivel de conocimiento y respuesta.
Tal es el caso de la emergencia del BKD en Noruega o el recrudecimiento de las infecciones asociadas a Moritella viscosa y confecciones con distintas especies de Tenacibaculum, causando las úlceras de invierno.
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Por otro lado, a nivel de imagen global nos persigue la etiqueta que nuestra producción de salmones es altamente dependiente del tratamiento con antimicrobianos (volúmenes totales superiores a las 330 toneladas por año), por lo que incluso la mayor mortalidad en Noruega podría estar justificada por el escaso o nulo tratamiento de las enfermedades bacterianas. En resumen, es inoficiosa la continua comparación que se realiza entre los distintos indicadores de la salmonicultura Noruega y de Chile, pese a ser un ejercicio común entre quienes están a favor o en contra de la producción de salmones en Chile. Nuestra responsabilidad es producir salmones de manera sustentable y en armonía con el medio acuático, mejorando los indicadores año a año.
¿La menor mortalidad del salmón chileno indica que existe bienestar animal adecuado en la industria nacional?
Uno de los retos planteados por la autoridad Noruega es precisamente que requieren mejorar el bienestar animal en los procesos operativos de la producción de salmones en dicho país. En nuestro caso, algunas empresa cultivadoras han tomado la delantera en implementar estrategias de bienestar animal en 13 criterios claves como se informó a finales del 2024. Se observa en los resultados del Scorecard de bienestar animal que al menos 6 de las 11 compañías tienen verde en distintos criterios del semáforo, incluyendo genética, planes de salud y tratamientos, las prácticas humanitarias de sacrificio, indicadores claves de bienestar, manejo de predadores y calidad de agua.
Sin embargo, precisamente aquellos que están relacionados directamente con tasas de mortalidad, excepto 3 de las 11, se encuentran en color amarillo o rojo. Similar situación ocurre con los criterios densidad de cultivo y manejo de los piojos de mar. Por tanto, queda mucho por mejorar y no sólo en los criterios que se encuentran con color amarillo o rojo, sino que todas las compañías avancen con la misma rapidez que aquellas 3 o 4 que lideran el Scorecard. Hoy queda mucho por mejorar y se requiere que las empresas exitosas compartan sus experiencias, así como una mayor regulación por parte de la autoridad en aquellos criterios que se han identificado como críticos para alcanzar una salmonicultura sustentable.